Premio COACV 1999-2000/1999-2000 COACV Prize
Publicaciones, trabajos de investigación y tesis doctorales/Publications, research papers and PhD Theses

Segundo tramo del caracol de la Capilla Real del antiguo convento de Santo Domingo de Valencia. (Foto P. Alcántara)/The second flight of the spiral staircase in the Royal Chapel of the old convent of S. Domingo in Valencia (Photograph: P. Alcántara) Escena del anónimo retablo de San Lucas del s. XV, Museo Catedralicio de Segorbe. (Foto P. Alcántara). El dibujo arquitectónico fue una herramienta esencial en el desarrollo de la arquitectura gótica. La pérdida de los dibujos del proyecto en el episodio gótico valenciano puede calibrarse gracias a algunos fondos arquitectónicos de la pintura coetánea que no repiten modelos de taller / Scene from the St. Luke reredos, anonymous, 15th c., Segorbe Cathedral Museum (Photograph: P. Alcántara). Architectural drawings were an essential tool in the development of Gothic architecture. The loss of design drawings from the Valencian Gothic period can be gauged by certain architectural backgrounds in contemporary paintings that do not repeat standard models Cabecera de la iglesia de Santa María de Alicante. (Foto Jarque, Biblioteca Valenciana) / Chancel of the church of Sta. María in Alicante (Photograph: Jarque. Valencian Library) Iglesia de Santa María de Morella, vista hacia los pies. (Foto P. Balaguer - L. Vicén) / Church of Sta. María in Morella, view towards the narthex (Photograph: P. Balaguer - L. Vicén) Catedral de Valencia. Interior hacia la cabecera. (Foto P. Alcántara) / Valencia cathedral, interior towards the chancel (Photograph: P. Alcántara)
Arquitectura gótica valenciana
Valencian gothic architecture


Arturo Zaragoza Catalán

 

La arquitectura gótica valenciana nació en el segundo cuarto del siglo XIII, con inusitada fuerza, como un hecho colonial sobre territorio musulmán conquistado. Se desarrolló dentro del ámbito del gótico meridional en el siglo XIV y llegó a su madurez, en el siglo XV, con el gótico tardío. Durante el siglo XVI y la primera mitad del XVII algunas fórmulas constructivas de la arquitectura gótica pervivieron asociadas al gusto renacentista. La arquitectura gótica valenciana tuvo, por tanto, una peculiar evolución que, a pesar de su accidentado nacimiento, fue larga en el tiempo, diversa en sus intenciones e inevitablemente variada en sus formas.

Una característica es común a la variada expresión de las arquitecturas del gótico valenciano: el desarrollo de sistemas constructivos y disposiciones arquitectónicas ya utilizadas por la arquitectura romana o, si se quiere, en términos más amplios, por las arquitecturas de los países ribereños del Mediterráneo en la antigüedad tardía. Sobre estas tradiciones genéricas actuaron las experiencias arquitectónicas venidas del norte francés. Éstas prestaron un nuevo orden basado en unas determinadas geometrías de la traza y de la composición arquitectónica y en originales sistemas de la organización de la obra, especialmente en los abovedamientos.

La mencionada característica del gótico valenciano puede apreciarse, igualmente, en todas las arquitecturas góticas del ámbito mediterráneo; es decir, en las diferentes regiones de Italia, en Languedoc y en Provenza, en los reinos de la Corona de Aragón y en los enclaves de la expansión cristiana occidental por el Mediterráneo. Los resultados en cada territorio fueron diversos en la medida en que fue diferente el punto de partida y el ritmo de la evolución histórica. En Valencia tanto el impetuoso inicio constructivo de la etapa de la colonización como la experimentación técnica que se desarrolló en la segunda mitad del siglo XV parecen haber buscado modelos directamente en las antiguas culturas del Mediterráneo más que en los novedosos hallazgos arquitectónicos venidos del norte francés. Subraya la continuidad de la tradición clásica el hecho de que la arquitectura de los siglos XIII al XV, se construyó en tierras valencianas con una disposición y unas proporciones que no cambiaron con la llegada del renacimiento.

Lógicamente la arquitectura gótica valenciana diverge notablemente del llamado alto gótico o gótico clásico, entendido éste por el gótico desarrollado en los dominios reales franceses. Las diferencias que presenta el pensamiento técnico subyacente en la arquitectura gótica valenciana respecto del denominado gótico clásico es de tal entidad que, en ocasiones, a la arquitectura gótica valenciana sólo cabe llamarla gótica por convención o por pertenecer a la misma etapa cronológica. En absoluto porque desarrolle las mismas técnicas constructivas o porque participe de los mismos presupuestos estéticos.

La herencia de la antigüedad clásica que subyace en este episodio gótico explica, en gran medida, una de las más determinantes características del patrimonio arquitectónico valenciano: el extendido proceso de reaprovechamiento y revestimiento de arquitecturas medievales durante los siglos XVII al XIX. Los revestimientos clasicistas o barrocos han supuesto, generalmente, un indudable enriquecimiento patrimonial y muchas veces artístico, de arquitecturas anteriores. A la vez han dificultado el conocimiento, el estudio y la comprensión de las arquitecturas medievales. De hecho, todavía hoy, gran parte de la arquitectura gótica valenciana permanece en buena medida oculta y, por tanto, desconocida.

El enmascaramiento de la arquitectura gótica ha dificultado, cuando no impedido, la catalogación sistemática de los edificios que la componen. Lo mismo sucede con los levantamientos de planos precisos y con los análisis arqueológicos de los edificios, el conocimiento de fábricas, de aparejos y de tipos de labra y asimismo de la posibilidad de comparación de perfiles de molduras y de nervios.

El desconocimiento y, por tanto, escaso aprecio de estas arquitecturas ocultas ha debido influir en la falta de estudios rigurosos. Son muchos los edificios que carecen de una monografía o aquellos en los que su etapa medieval, de la que subsisten sus fábricas, se despacha en pocas líneas o con vaguedades. Falta -y ello es más grave- un corpus documental de la arquitectura gótica valenciana. Es significativo que sólo muy recientemente se haya publicado la documentación de un edificio tan importante, y sin revestir, como es la Capilla Real del antiguo convento de Santo Domingo. De otros muchos se han ido espigando noticias documentales quedando el grueso sin publicar. Las dataciones, autorías y comparaciones se vuelven así inseguras. Este hecho es particularmente lamentable si se considera la asombrosa riqueza de los archivos valencianos que han sobrevivido a tanto abandono, a los desastres y a las guerras.

La única actitud que cabe adoptar para el estudio de la arquitectura gótica valenciana en esta situación, aparte de los análisis monográficos, es levantar acta de la riqueza artística de este episodio, ordenar los materiales y plantear los numerosos problemas que suscita. Con tal ánimo han sido redactadas y deben entenderse las páginas que vienen a continuación.

La desconocida y poco divulgada riqueza y variedad de este episodio arquitectónico han propiciado que se plantearan en este libro dos lecturas paralelas y complementarias. Una de ellas es la que proponen las imágenes que tienen un discurso propio e intencionado y que no son una mera ilustración del texto, la segunda es, por supuesto, la de éste mismo. Poner en circulación, de forma conjunta, un grupo significativo de planos de edificios, dibujos y grabados o fotografías es una labor que habrá de ampliarse de forma sistemática.

Una publicación de estas características obliga a expresar muchos agradecimientos: detallarlos exigiría redactar un texto de tantas páginas como las ya escritas. Se ha optado por disponer al pie de la ilustración, y no en un índice de créditos final como es costumbre, los nombres de los dibujantes, grabadores, fotógrafos, archiveros o de la institución correspondiente.

Debe subrayarse que detrás de cada nombre hay una generosa y a menudo entusiasta colaboración, sin la cual no hubiera sido posible este libro.

Especial agradecimiento debe expresarse al profesor don Joaquín Bérchez quién concibió y diseñó el Catálogo de Monumentos de la Comunidad Valenciana en sus dos diferentes ediciones y a don Ramón París con el que he trabajado codo con codo, durante largos meses, en la maqueta del libro.

La arquitectura gótica valenciana nació en el segundo cuarto del siglo XIII, con inusitada fuerza, como un hecho colonial sobre territorio musulmán conquistado. Se desarrolló dentro del ámbito del gótico meridional en el siglo XIV y llegó a su madurez, en el siglo XV, con el gótico tardío. Durante el siglo XVI y la primera mitad del XVII algunas fórmulas constructivas de la arquitectura gótica pervivieron asociadas al gusto renacentista. La arquitectura gótica valenciana tuvo, por tanto, una peculiar evolución que, a pesar de su accidentado nacimiento, fue larga en el tiempo, diversa en sus intenciones e inevitablemente variada en sus formas.

Una característica es común a la variada expresión de las arquitecturas del gótico valenciano: el desarrollo de sistemas constructivos y disposiciones arquitectónicas ya utilizadas por la arquitectura romana o, si se quiere, en términos más amplios, por las arquitecturas de los países ribereños del Mediterráneo en la antigüedad tardía. Sobre estas tradiciones genéricas actuaron las experiencias arquitectónicas venidas del norte francés. Éstas prestaron un nuevo orden basado en unas determinadas geometrías de la traza y de la composición arquitectónica y en originales sistemas de la organización de la obra, especialmente en los abovedamientos.

La mencionada característica del gótico valenciano puede apreciarse, igualmente, en todas las arquitecturas góticas del ámbito mediterráneo; es decir, en las diferentes regiones de Italia, en Languedoc y en Provenza, en los reinos de la Corona de Aragón y en los enclaves de la expansión cristiana occidental por el Mediterráneo. Los resultados en cada territorio fueron diversos en la medida en que fue diferente el punto de partida y el ritmo de la evolución histórica. En Valencia tanto el impetuoso inicio constructivo de la etapa de la colonización como la experimentación técnica que se desarrolló en la segunda mitad del siglo XV parecen haber buscado modelos directamente en las antiguas culturas del Mediterráneo más que en los novedosos hallazgos arquitectónicos venidos del norte francés. Subraya la continuidad de la tradición clásica el hecho de que la arquitectura de los siglos XIII al XV, se construyó en tierras valencianas con una disposición y unas proporciones que no cambiaron con la llegada del renacimiento.

Lógicamente la arquitectura gótica valenciana diverge notablemente del llamado alto gótico o gótico clásico, entendido éste por el gótico desarrollado en los dominios reales franceses. Las diferencias que presenta el pensamiento técnico subyacente en la arquitectura gótica valenciana respecto del denominado gótico clásico es de tal entidad que, en ocasiones, a la arquitectura gótica valenciana sólo cabe llamarla gótica por convención o por pertenecer a la misma etapa cronológica. En absoluto porque desarrolle las mismas técnicas constructivas o porque participe de los mismos presupuestos estéticos.

La herencia de la antigüedad clásica que subyace en este episodio gótico explica, en gran medida, una de las más determinantes características del patrimonio arquitectónico valenciano: el extendido proceso de reaprovechamiento y revestimiento de arquitecturas medievales durante los siglos XVII al XIX. Los revestimientos clasicistas o barrocos han supuesto, generalmente, un indudable enriquecimiento patrimonial y muchas veces artístico, de arquitecturas anteriores. A la vez han dificultado el conocimiento, el estudio y la comprensión de las arquitecturas medievales. De hecho, todavía hoy, gran parte de la arquitectura gótica valenciana permanece en buena medida oculta y, por tanto, desconocida.

El enmascaramiento de la arquitectura gótica ha dificultado, cuando no impedido, la catalogación sistemática de los edificios que la componen. Lo mismo sucede con los levantamientos de planos precisos y con los análisis arqueológicos de los edificios, el conocimiento de fábricas, de aparejos y de tipos de labra y asimismo de la posibilidad de comparación de perfiles de molduras y de nervios.

El desconocimiento y, por tanto, escaso aprecio de estas arquitecturas ocultas ha debido influir en la falta de estudios rigurosos. Son muchos los edificios que carecen de una monografía o aquellos en los que su etapa medieval, de la que subsisten sus fábricas, se despacha en pocas líneas o con vaguedades. Falta -y ello es más grave- un corpus documental de la arquitectura gótica valenciana. Es significativo que sólo muy recientemente se haya publicado la documentación de un edificio tan importante, y sin revestir, como es la Capilla Real del antiguo convento de Santo Domingo. De otros muchos se han ido espigando noticias documentales quedando el grueso sin publicar. Las dataciones, autorías y comparaciones se vuelven así inseguras. Este hecho es particularmente lamentable si se considera la asombrosa riqueza de los archivos valencianos que han sobrevivido a tanto abandono, a los desastres y a las guerras.

La única actitud que cabe adoptar para el estudio de la arquitectura gótica valenciana en esta situación, aparte de los análisis monográficos, es levantar acta de la riqueza artística de este episodio, ordenar los materiales y plantear los numerosos problemas que suscita. Con tal ánimo han sido redactadas y deben entenderse las páginas que vienen a continuación.

La desconocida y poco divulgada riqueza y variedad de este episodio arquitectónico han propiciado que se plantearan en este libro dos lecturas paralelas y complementarias. Una de ellas es la que proponen las imágenes que tienen un discurso propio e intencionado y que no son una mera ilustración del texto, la segunda es, por supuesto, la de éste mismo. Poner en circulación, de forma conjunta, un grupo significativo de planos de edificios, dibujos y grabados o fotografías es una labor que habrá de ampliarse de forma sistemática.

Una publicación de estas características obliga a expresar muchos agradecimientos: detallarlos exigiría redactar un texto de tantas páginas como las ya escritas. Se ha optado por disponer al pie de la ilustración, y no en un índice de créditos final como es costumbre, los nombres de los dibujantes, grabadores, fotógrafos, archiveros o de la institución correspondiente.

Debe subrayarse que detrás de cada nombre hay una generosa y a menudo entusiasta colaboración, sin la cual no hubiera sido posible este libro.

Especial agradecimiento debe expresarse al profesor don Joaquín Bérchez quién concibió y diseñó el Catálogo de Monumentos de la Comunidad Valenciana en sus dos diferentes ediciones y a don Ramón París con el que he trabajado codo con codo, durante largos meses, en la maqueta del libro.

Valencian Gothic architecture sprang into being with unusual force during the second quarter of the 13th century in connection with the colonisation of the conquered Muslim territories. It developed within the sphere of Southern Gothic during the 14th century and reached maturity with the late Gothic of the 15th century. During the 16th century and the first half of the 17th century some of the building formulas of Gothic architecture survived in association with Renaissance tastes. Valencian Gothic architecture therefore presents a peculiar evolution which, despite its troubled birth, continued over a long period, with a diversity of intentions and an inevitable variety of forms.

One feature that the variety of expressions of Valencian Gothic architecture all share is the use of building methods and architectural plans that had already been used in Roman architecture or, in broader terms, in the architectures of late antiquity of the countries bathed by the Mediterranean. These common traditions were acted upon by the architectural experiments that originated in the north of France, which furnished a new order based on certain geometrical figures in the architectural plan and composition and on original structural organisation systems, particularly in the vaulting.

This feature of Valencian Gothic can be found in all the Gothic architectures of the Mediterranean world, in other words, in the various regions of Italy, in Provence and Languedoc, in the kingdoms of the Aragonese crown and in the enclaves of western Christian expansion throughout the Mediterranean. In each place the results were different, insofar as the starting point and the pace of historical development differed. In Valencia, both the headlong start to the building of the colonisation stage and the technical experiments of the second half of the 15th century seem to have gone directly to the ancient cultures of the Mediterranean in search of their models rather than to the new architectural discoveries from the north of France. The continuity of the classical tradition is underlined by the fact that, on Valencian soil, the layout and proportions of the architecture of the 13th to 15th centuries did not alter with the arrival of the Renaissance. Naturally, Valencian Gothic architecture is very different from what is usually understood by classic Gothic or High Gothic, which is the Gothic architecture developed in the royal territories of France. The differences between the underlying technical concepts of Valencian Gothic architectures and of what is known as classic Gothic are so great that on occasion the only reason for calling the former Gothic is as a convention or because they belong to the same period of time. They certainly do not use the same building methods or share the same aesthetic assumptions.

The legacy of classical antiquity underlying the entire Gothic period goes far to explain one of the most decisive characteristics of Valencia’s architectural heritage: the long process of reusing and overlaying the Medieval architecture that took place from the 17th to the 19th century. In general, the Neo-classical or Baroque additions unquestionably contributed a very great historical and, often, artistic richness to the previous architectural heritage. However, they have also made it difficult to know, study and understand the Medieval architecture. Indeed, even today much of Valencia’s Gothic architecture remains largely hidden and therefore unknown.

The masking of the Gothic architecture has made it difficult, if not impossible, to draw up a systematic catalogue of the buildings it comprises. The same is true of the drawing of precise plans, the archaeological analysis of the buildings, a knowledge of the building materials, bondings and types of stone-dressing and the possibilities of comparing the shapes of ribs and mouldings.

Ignorance and, consequently, scant esteem for this hidden architecture must be one reason for the lack of systematic studies. Many buildings have no monograph devoted to them and in others the Medieval stage, from which the fabric survives, is despatched in a few lines or a few vague words. What is still more serious is that there is no corpus of documents on Valencian Gothic architecture. Significantly, it is only very recently that documentation has been published for a building, the Royal Chapel of the old convent of S. Domingo [St. Dominic], which is not only of great importance but has not even been overlaid with other styles. Information on many others has been gleaned from assorted documents but the bulk is unpublished. Dates, authors and comparisons are therefore uncertain. This is particularly regrettable if we consider the astonishing richness of the Valencian archives, which have survived so much neglect and so many disasters and wars. Given the situation, the only possible approach that can be taken to studying Valencian Gothic architecture, other than monographic analyses, is to place the artistic richness of the period on record, organise the materials and set out the numerous problems that arise. These pages were written and should be understood in this spirit.

The unknown and largely unpublicised richness and variety of this architectural period have led to this book proposing two parallel, complementary readings. One is that of the illustrations, which intentionally develop a discourse of their own rather than merely illustrating the text while the second, obviously, is that of the text itself. Compiling and disseminating a major collection of plans, drawings, engravings and photographs is a task that should be systematically extended.

Many acknowledgements are due in a publication of this type but a detailed list would run to as many pages again. The solution adopted, rather than the usual index of credits at the end of the book, is to place the names of the draughtsmen, engravers, photographers, archivists or institutions under each illustration.

Behind each of these names there is a story of generous and often enthusiastic assistance, without which this book would not have been possible.

Particular thanks are due to Professor Joaquín Bérchez, who conceived and designed both editions of the Catalogue of Monuments of the Valencian Community, and to Ramón París, with whom I worked side by side for many months on the layout of the book.

Bóveda de la antigua Sala Capitular de la catedral de Valencia. (Foto P. Alcántara) / Vault of the old Chapter House of Valencia cathedral (Photograph: P. Alcántara)

Bóveda del tramo de los pies de la Capilla Real del antiguo convento de Santo Domingo. (Foto P. Alacántara) / Vault of the narthex of the Royal Chapel of the old convent of S. Domingo (Photograph: P. Alcántara)

Interior de la iglesia del Salvador de Burriana. (Foto Pasqual Mercé) / Interior of the Salvador church in Burriana (Photograph: Pasqual Mercé)

245 pp. con ilustraciones a color. Consellería de Cultura. Generalitat Valenciana, Valencia 2000. Indice: I.- El espacio de la vida cotidiana: naves de arcos de diafragma y techumbre de madera. II.- Arcaísmos y novedades: la arquitectura abovedada de la colonización cristiana. III.- El gótico meridional: traducciones y derivaciones. IV.- Valencia: un laboratorio urbanístico medieval. V.- El siglo XV valenciano. VI.- El gótico civil.

245 pages with colour illustrations. Culture Ministry, Valencian Regional Government, Valencia, 2000. Contents: I. The space of daily life: diaphragm arches and wooden roofs. II. Archaisms and novelties: the vaulted architecture of Christian colonisation. III. Southern Gothic: translations and derivations. IV. Valencia: a laboratory of Medieval town planning. V. The 15th century in Valencia. VI. Secular Gothic.

 

Cabecera de la iglesia parroquial de Sant Mateu. (Foto P. Balaguer - L. Vicén) /Chancel of the parish church of Sant Mateu (Photograph: P. Balaguer - L. Vicén) Iglesia de Santa María de Castellón durante su demolición en 1937. (Foto Francisco Esteve, Archivo Traver) / Church of Sta. María in Castellón during its demolition in 1937 (Photograph: Francisco Esteve. Traver archive) Vista general de la catedral de Orihuela. (Foto J. Bérchez) / General view of Orihuela cathedral (Photograph: J. Bérchez) Caracol y portada de la escalera de la torre de la Lonja de Valencia. (Foto J. Bérchez) /Spiral staircase and parapet in the tower of the Lonja or Silk Exchange of Valencia (Photograph: P. Bérchez)Iglesia arciprestal de Morella. Escalera del coro alto. (Foto P. Balaguer - L. Vicén) /Archiprestal church of Morella. Choir gallery staircase (Photograph: P. Balaguer – L. Vicén) Bóveda de la llamada cárcel de comerciantes de la torre de la Lonja de Valencia (Foto P. Alcántara) / Vault of the so-called merchants’ prison in the tower of the Lonja of Valencia (Photograph: P. Alcántara) Alonso de Vandelvira. Trazas para la construcción de una "capilla ochavada en vuelta redonda". Traducción gráfica de la traza, según José Carlos Palacios / Alonso de Vandelvira. Drawings for the construction of an "eight-sided chapel with a round vault". Graphic version of the drawings according to José Carlos Palacios