Plaza de
Alcasser de la Senyoría, Elx Alcasser de la Senyoria square, Elx |
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Arquitectos/Architects: José Amorós Gómez José Juan Fructuoso Sempere |
La
plaza se encuentra en una zona consolidada del centro histórico de la
ciudad, conformada por el Castillo con el Alcasser de la Senyoria y el
Palacio de Altamira al oeste, el parque Municipal y el Hort del Xocolater
al norte, una medianera de edificaciones de nueva planta al este y la
calle Diagonal del Palau y la Plaza del Congreso Eucarístico, con la
Basílica de Santa María, al sur, ocupándose de una superficie de 1.500
m2.
La ordenación se genera a partir de la dirección fijada por las ruinas. Definimos así dos áreas: una intramuros al norte, desde el límite del Hort del Xocolater hasta las murallas; y otra extramuros al sur, desde éstas hasta la calle Diagonal del Palau. Pretendemos con esta lectura acercar los huertos de palmeras hasta la cara norte de las estructuras defensivas con una pavimentación blanda a base de tierra y grava, que se acometerá en una fase posterior. La actuación que nos ocupa configura la plaza en si misma, pavimentada con el mármol, con un tratamiento de superficie “dura” característico de los espacios de centro histórico. Acercamos así la ciudad a un espacio marginal que estuvo en estado de ruina y que afeaba el entorno del castillo. El carácter de “zona de paso” y no de plaza, que presenta este entorno, así como lo agresivo del tráfico rodado que circula por la Diagonal y el exceso de soleamiento que soporta su superficie, condicionan en buena medida los criterios de ordenación. Se deben evitar el arbolado u otros elementos que obstaculicen la percepción del Alcasser de la Senyoria, la muralla medieval y Basílica de Santa María desde sus respectivas visuales, y a su vez dotar de escala urbana a un espacio residual y descontextualizado. La puesta en valor de los restos de la muralla medieval y la torre conocida como “Casa de la Cova” contribuyen a configurar una nueva escena. Apoyándonos en la alineación definida por la misma, situamos tres líneas paralelas de surtidores de agua que dentro de un ciclo de juego acuático desprendan vapor y generen columnas de agua de hasta 2,5 metros de altura. Conseguimos con ello refrescar el ambiente y redefinir el espacio con “objetos” efímeros. Los restos arqueológicos se consolidan y restauran acentuando los trazos de la muralla del siglo XI, la más antigua y la que mayor claridad de comprensión ofrece en el conjunto de las murallas. Con ello la dotamos de contenido didáctico y a su vez formal, a modo de emotivo escultórico. Los recorridos quedan definidos por las líneas de recogida de agua, que contienen a su vez a los surtidores y la iluminación empotrada a ras de suelo. Son las pendientes del pavimento las que dirigen el agua hacia los canales de recogida, registrables y ocultos bajo piezas de piedra natural que contribuyen a dotar de continuidad material a toda la superficie pavimentada. Unos bloques de hormigón, a modo de bancos circunstanciales, delimitan la circulación peatonal de la calle. La concepción de la fuente sin vaso, sin lámina permanente de agua, permite desarrollar sin obstáculo alguno la conquista y toma del Castillo en las tradicionales fiestas de Moros y Cristianos. La elección del material del revestimiento de la superficie de la plaza venía condicionada por la realización de la fuente “a ras de suelo”, de ahí su importancia. Tratándose de un entorno de centro histórico parecía obvio decantarse por una piedra natural, en nuestro caso de tonalidad oscura para conseguir el contraste cromático con el castillo y las ruinas. Frente a las actuaciones de renovación de aceras que en paralelo se desarrollaban en la ciudad, con el granito como protagonista, renunciamos a la obviedad y planteamos solucionar nuestro problema con una piedra que no fuese tan homogénea y no quedase tan descontextualizada en nuestro clima mediterráneo. Las características mecánicas del mármol Gris Pulpis, cumplía con creces nuestras exigencias de durabilidad, envejecimiento controlado, y sobre todo baja absorción. |
The square is in a consolidated area of the old city centre, bounded by the Castle with the Alcasser de la Senyoria and the Palacio de Altamira to the west, the Municipal Park and Hort del Xocolater to the north, a row of new buildings to the east and calle Diagonal del Palau and the Plaza del Congreso Eucarístico, with the Basilica of Santa María, to the south. It covers a surface area of 1500m2. The distribution is generated out of the directions dictated by the ruins and defines two areas: one on the northern side, within the city walls, from the edge of the Hort del Xocolater to the walls, and the other to the south, outside the walls, from these to calle Diagonal del Palau. This reading is intended to connect the palm groves with the northern side of the defensive structures using a soft surface of earth and gravel, which will be done at a later stage, while the square itself is paved with marble, a ‘hard’ surface treatment which is typical of the old city spaces. In this way the city is carried through to a space on its edge that lay in ruins and was spoiling the surroundings of the Castle. The nature of the area, a ‘passing through area’ rather than a square, the aggressive traffic on the Diagonal and the excessive sunlight that hits its surface were factors that heavily conditioned the distribution criteria. Trees or other elements that would obscure the view of the Alcasser de la Senyoria, the medieval walls or the Basilica of Santa María along their respective lines of sight had to be avoided while at the same time a wasted, decontextualised space had to be endowed with an urban scale. Enhancing the remains of the medieval wall and the tower known as ‘Casa de la Cova’ helped to shape a new scene. We used the alignment they define and introduced three parallel lines of jets of water which play in a sequence, producing vapour and raising columns of water of up to 2.5 metres high. In this way we manage to refresh the atmosphere and redefine the space through ephemeral ‘objects’. We consolidated and restored the archaeological remains and accentuated the lines of the 11th century walls, which provide the clearest understanding of the walls as a whole as well as being the oldest. By doing this we gave them content both educationally and formally, as a sculptural motif. The routes are defined by the water collection lines which also contain both the fountains and the lighting embedded at ground level. The sloping sections of the pavement direct the water towards the water collection channels, which are accessible but covered by slabs of natural stone that help to provide a continuity of material over the entire paved surface. Concrete slabs like ad hoc benches set the pedestrian area apart from the street. The basinless fountain concept, with no permanent surface of water, makes it possible to reenact the conquest and the taking of the Castle without any hindrance during the traditional Moors and Christians festival. A decisive factor in the choice of paving material for the square was the ground-level position of the fountains, hence its importance. Given the historic city centre surroundings, natural stone was the obvious decision. A dark tone was chosen to contrast with the castle and the ruins. Granite was prominent in the renovation of the city pavements which was taking place at the same time. We eschewed the obvious and decided to solve the paving question with a less uniform stone that would not be so out of context in our Mediterranean clime. The mechanical properties of Gris Pulpís marble more than satisfied our requirements of durability, controlled ageing and, above all, low absorption. |
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Cliente/Client: Situación/Location: Proyecto/Project: Fin de obra/Built: Aparejador/Quantity
surveyor: Ingeniería/Engineering: Empresa Constructora/Contractor Contratista fuente/Fountain
contractor: Fotografías / Photographs: |