El invernadero del Jardín Botánico
The Botanical Garden greenhouse

Lema / Pseudonym: TC 300

 

Autores / Project authors:
Rubén Almécija Furió. Arquitecto /
Architect
Joaquín Alvado Bañón. Arquitecto /
Architect
Pedro Jaime Maciá Arnalot. Arquitecto Técnico /
Technical architect

 

 

 

Desde el primer momento entendimos que el proyecto debía resolverse desde dentro, desde el entendimiento de que es parte integrante del jardín botánico, y de que como tal debe resolverse. Antes de iniciar el trabajo escribimos el decálogo del arquitecto ecologista, y siempre mantuvimos el deseo de que el edificio pasara desapercibido dentro del entorno del jardín; las fachadas son pues trasparentes y profundas, teniendo siempre como fondo la masa de árboles que conforman la fisonomía del lugar; el que se halle en un espacio con zonas húmedas implica que el edificio mantendrá el carácter propio de dichos humedales.

Una pieza pequeña, de control, nos sale a recibir; mientras que las aulas, laboratorios y despachos se integran dentro del paisaje. Nuestra idea consiste en preparar unos forjados estructurales que absorban estas funciones y el carácter polivalente del edificio nos lleva a resolver la tabiquería de manera más mecánica que constructiva. Una tela permite el control de la energía y nos ordenará el gradiente solar, una piel que envuelve el edificio y lo convierte en una máquina de habitar ecológica. El basamento se convierte en un humedal y las cubiertas son usadas para aclimatar determinadas especies vegetales.

El carácter esquemático del edificio responde al uso escueto para el que se va a destinar, mientras que la arquitectura queda basada en la emoción que encontramos en el lugar, y en el uso del paisaje como estructura ambiental y de imagen.

No resolvemos el edificio de forma representativa y completa, sino que entendemos que forma parte del paisaje e interacciona con él.

From the start we understood that the project had to be designed from the inside, from understanding it as an integral part of the botanical garden that should be designed as such. Before starting work we wrote the ten commandments of the environmentalist architect and our idea throughout was that the building should be unnoticeable within the garden environment. Consequently, the façades are deep and transparent, with the mass of trees that shape the appearance of the place constantly in the background. Also, being in a space with wetlands implies that the building must echo the character of the wetlands.

A small block, a control room, rises in greeting, whereas the lecture halls, laboratories and offices are integrated into the landscape. Our idea was to have a structural frame that absorbs these functions, while the multi-purpose character of the building led to our designing the partitions more in a mechanical than a constructive manner. A fabric allows the energy to be controlled and orders the angle of the sun, a skin envelops the building and turns it into an ecological living machine. The base of the building becomes a wetland and the roofs are used to acclimatise certain plant species.

The schematic character of the building is a response to the concise use assigned to it and the architecture is based on the emotion encountered in the place and on using the landscape as an ambient and image structure.

The building is not designed in a complete, public image manner but is conceived as part of the landscape, interacting with it.