REFLEXIONES
ENTORNO AL PROYECTO
El Libro invita a reflexionar sobre un tema
y una problemática que puede ser atractiva e incluso revitalizadora para
el arquitecto, y también para el docente de la arquitectura. Propone
hacer un pequeño alto en la actividad cotidiana, alejarse un poco alejada
la rutina y reflexionar sobre la disciplina de los proyectos; sobre ese
"pensar-dibujar-construir", como dice el maestro, que es la
guía que debe conducir la arquitectura. Invita a reflexionar sobre el
proyecto como disciplina en el ejercicio de la profesión, o los Proyectos
como asignatura en la carrera de arquitecto; entendiendo que el proyecto y
el proyectar, es el lugar donde confluyen todas las acciones, todos los
conocimientos, para con ellos, con el esfuerzo del pensamiento, con la
cultura acumulada, con las imágenes que cada uno tienen en la mente,
reflexionar y proponer desde la forma, sobre el programa, con la técnica,
conscientes siempre del vínculo que deseamos tener con la naturaleza.
La razón de este ensayo no es mas que releer textos ya conocidos, poner
al día el pensamiento, ajustarlo con la experiencia acumulada a lo largo
de la vida profesional, pero también para mi ha sido interesante el
escribirlo, construir el texto a la manera de un proyecto, entrar en un
diálogo con la mente a partir de materializar la reflexión, del
construir la frase, concretar actitudes y valorar instrumentos de apoyo a
algo, que por su propia naturaleza, necesita de la abstracción y de la
experiencia personal, como cualquier proceso creativo, donde la cultura
acumulada y el conocimiento técnico son los apoyos básicos del
pensamiento
Miguel del Rey
Valencia Abril de 2004 |
REFLECTIONS ON DESIGN PROJECTS
This book is an invitation to reflect on a subject
and a series of questions that can be attractive, revitalising even, not
only for architects but also for teachers of architecture. It suggests
taking a short break, putting the daily routine aside for a while and
reflecting on the discipline of design work, on the “think-draw-build”,
as an authoritative writer has said, that is the guiding principle of
architecture. It is an invitation to reflect on design projects as a
discipline in the practice of the profession or on Design Projects as a
degree course subject, considering that projects and designing them are
where all our knowledge and actions flow together to a purpose. With
these, with the effort of thinking, the culture we have accumulated and
the images that each person has in their mind, we reflect and propose, on
the basis of forms, the brief, the technical resources, always conscious
of the ties we want with nature.
The purpose of this essay is merely to reread texts, update thoughts and
adapt them through the experience accumulated over the years. Nonetheless,
I have also found it interesting to write, to construct the text as though
it were a project, converse in my mind in a dialogue based on
materialising reflections, construct sentences, pin down attitudes and
assess tools to assist something that, by its very nature, requires
personal experience and abstraction, like any creative process where
technical knowledge and accumulated culture are the basic pillars for
thought.
Miguel del Rey
Valencia, April 2004 |
|
Emplazamiento / Location:
C/Policía Local
|
EL
PROYECTO, PROYECTAR, EL AJUSTE
DE LA FORMA, UNA LEY DE JUEGO,...
El papel del arquitecto en una época de
fuertes transformaciones como la nuestra sigue estando vinculado de una
manera u otra al proyecto, a su capacidad para generar ideas y también
para transmitirlas. El proyecto sirve de apoyo al pensamiento a través de
la observación crítica de la realidad, y desde aquí ayuda a crear
espacios o perfilar lugares donde cobijar nuevas o viejas funciones,
sirviendo de soporte desde el cual pensar y construir la arquitectura. Da
forma a determinados sistemas espaciales, valorando una particular
relación con la naturaleza y materializando estas arquitecturas según un
desarrollo técnico y una cultura. Todo ello tiene que ver con proyectar,
con pensar gráficamente, con dibujar-construyendo,... esas son las
funciones propias del arquitecto.
Para el estudiante de arquitectura y para el arquitecto, es interesante
plantearse, o en su caso replantearse, qué es el proyecto y qué se
entiende por proyectar. Reflexionar sobre ese concepto, tan ambiguo por
naturaleza, y que en el fondo se aproxima a un ejercicio de concreción y
de ajuste de la forma a partir de un determinado juego de posibilidades,
de factores de muy diverso origen que se cruzan en la mente y se van
concretando y afinando sobre el tablero. Concreción y ajuste que, como en
todo este tipo de procesos creativos, mantiene su marco de legalidad moral
en la propia forma de la arquitectura. La ambigüedad en la que se mueve
el proceso es propia de la naturaleza de los factores presentes en la
gestación de una idea, particularmente en arquitectura donde tenemos
tantos factores complejos y no lineales que intervienen en cualquier
proceso; pero esta condición es positiva, y fructífera sobre todo si nos
decantamos sobre aquellas líneas de pensamiento que desnudan a las formas
de excesivos atributos, alejándose de justificaciones ajenas a los
aspectos visuales de la forma, a la materia de la que está construida, de
la técnica en la que se apoya y por supuesto de su adecuación al uso
previsto.
El proyecto, entendido en el sentido antes señalado, implica un
determinado interés por los aspectos formales y compositivos de la
cultura contemporánea; así consideramos la importancia que se atribuye a
proponer una ley del juego, a definir una posible lógica que ordena algo
que podría a su vez entenderse de otra manera en función de una voluntad
o unas circunstancias, que tiene por lo tanto distintos puntos de vista.
Incidiendo precisamente en la validez de su ambigüedad y la aceptación
no dogmática de una alternativa, que en el fondo es personal, aunque debe
resolver una demanda que es social por el carácter en sí de la
arquitectura.
Es esa idea de interrelación, de juego, la que es propia del proyectar.
El estructurar propuestas, nuevos intentos, intentando crear formas que
obedecen a sus propias leyes, volver atrás y empezar con el apoyo de un
conocimiento mas claro, con ajustes sucesivos, buscando una constante
reafirmación crítica, es lo que llamamos proyectar. El proyecto
configura un determinado programa mediante una forma que se afianza a
medida que avanza el proceso, hasta conseguir resumir en dibujos un
conjunto de voluntades y conducirlos hacia un fin común a través de una
forma ajustada, técnicamente eficaz y que lleva implícita las
condiciones propias de la materia que la constituye.
El proyecto, como cualquier actividad creativa, entendemos que está
influido por un contexto social y cultural, y que consta en su génesis de
una parte lógica, racional, definida por los conocimientos del autor y su
capacidad de dominio de las formas y sus cualidades, además de otra parte
cuya lógica este más allá de la realidad, de la cual son materia los
sueños, los deseos y las imágenes descontextualizadas que existen en la
mente del autor.
Los conocimientos que generalmente se poseen, en una época como la
nuestra de gran trasiego de imágenes, se estructuran en una amalgama
formada por un imaginario descontextualizado y anecdótico, unido a una
serie de conocimientos teóricos y prácticos adquiridos a lo largo del
tiempo a través de la experiencia. Esta amalgama incide particularmente
en los estudiantes de arquitectura y se configura con lo aprendido en la
Escuela, lo heredado de su cultura de origen, junto a las imágenes
adquiridas por la ósmosis cultural no especializada; ósmosis propia del
momento y cuyo origen está en lugares incontrolados y en fuentes muy
diversas de información.
Para el ejercicio del proyecto y su aprendizaje nos centraremos en la
capacidad de dominio de las formas y de sus cualidades, aunque no debemos
perder de vista aquellos aspectos que confluyen en la idea de proyecto y
están en la raíz del concepto de proyectar: Uno relativo a la creación
de la forma y otro a la trasmisión entre pensamiento y realidad. El
proyecto, desde éstas dos perspectivas, concreta y da forma a aquello que
el autor piensa sobre el programa y sus requisitos espaciales y
constructivos, siendo a la vez un vínculo entre la idea y la realidad,
como un catalizador capaz de hacer realidad una idea, Enriqueciéndose
entonces el concepto de proyecto con la idea de algo que aún no existe
pero comienza a ser realidad. |
THE PROJECT, DESIGNING IT, ADAPTING
FORM, THE RULES OF THE GAME...
The rôle of architects in a period of great changes
such as ours is still linked, one way or another, to projects, to their
capacity to generate ideas and also to transmit them. Projects assist
thought, through a critical observation of reality, then help to create
spaces or outline places to accommodate new or old functions. They are a
medium through which to think and build architecture. They give form to
particular spatial systems, valuing a particular relationship with nature
and materialising architectures according to technical development and a
culture. All of this has to do with design, with thinking in images, with
drawing-building. These are the proper functions of the architect.
It is interesting for architecture students and for architects to
consider, or reconsider, what a project is and what designing it is
understood to mean. Reflecting on this concept, ambiguous by nature is, in
essence, an exercise in defining and adapting form, starting from a
particular set of possibilities, of factors of very diverse origins that
cross-fertilise in the mind and gradually take shape and are refined on
the drawing board. As in all this type of creative processes, it is in the
form itself of architecture that such definition and adaptation retain
their framework of moral lawfulness. The ambiguity in which the process
moves is proper to the nature of the factors that are present during the
gestation of an idea, particularly in architecture, where so many complex,
non-linear factors are involved in every process. However, this is
positive and fruitful, particularly if we opt for the lines of thinking
that strip the forms of excessive attributes, moving away from
justifications that are unrelated to the visual aspects of the form or the
material of which it is made, to the methods on which it is based or, of
course, to its suitability for the proposed use.
Projects, in the sense referred to above, imply a specific interest in the
formal and compositional aspects of contemporary culture, so consideration
is given to the importance placed on proposing rules of the game, on
defining a possible logic for putting something in order, something that
could also be understood in a different way, depending on will or
circumstances, and therefore encompasses different points of view.
Attention is paid precisely to the validity of this ambiguity and the
non-dogmatic acceptance of an alternative, which, deep down, is personal,
although it must solve a demand that is social by the very character of
architecture.
This idea of inter-relation, of play, is a characteristic of design work.
What we call designing means structuring proposals, trying again,
attempting to create forms that obey their own laws, going back and
starting again with a clearer knowledge, adjusting again and again and all
the while seeking critical reaffirmation. The design shapes a particular
brief into a form that consolidates as the process advances, until a set
of wishes has finally been summarised in drawings and taken to a common
end in a fitting form that is technically efficient and implicitly conveys
the inherent properties of the material of which it is made.
Architectural design, like any other creative activity, is influenced by a
social and cultural context. At its genesis it is made up of a logical,
rational side, defined by the knowledge of the designer and his or her
command of the forms and their qualities, and another side that has a
logic which lies beyond reality: its materials are the dreams, desires and
decontextualised images in the mind of the designer.
In a period of constantly shifting images such as ours, the knowledge that
is generally possessed is structured from an amalgam that comprises a
decontextualised, incidental imagery and a series of theoretical and
practical items of knowledge acquired through experience over time. This
amalgam is particularly influential in architecture students, where it is
shaped by what they have learnt at the college, what they have inherited
from their culture of origin and the images they have acquired through an
unspecialised cultural osmosis. This osmosis, that of the moment, has its
origin in uncontrolled places and highly diverse sources of information.
For the purpose of learning and practising design work, we shall focus on
command of the forms and their qualities without losing sight of two
aspects that converge in the idea of the project and lie at the root of
the concept of design: one concerns the creation of form and the other the
conveyance of thought into reality. From these two perspectives, the
design materialises and gives shape to what the designer is thinking about
the brief and its spatial and construction requirements. It is both a link
between thought and reality and a catalyst that can turn an idea into
reality, so the concept of a project is enriched by the idea of something
that does not yet exist but is beginning to be a reality. |
|
|
EL
PROYECTO EN ARQUITECTURA
En nuestra cultura se dan dos vías
distintas en la concepción del proyecto, ambas en uso y originadas a
partir del significado ambiguo que la sociedad tiene sobre la idea del
proyecto, donde la visión profesionalista del arquitecto, tan aceptada
socialmente, incluso tan del gusto de la normalización enciclopedista, se
contrapone a la idea del arquitecto que nace del romanticismo y es un
hombre libre, no condicionado a un mecenazgo y abierto a nuevas
experiencias estéticas. Frente al pragmatismo, se sitúa una corriente
donde la reflexión y el experimentalismo son condiciones propias de una
posible práctica, en la cual, el conocimiento se adquiere a través de la
sistematización de la experiencia.
La aproximación a la realidad estará siempre en la base de la idea de
proyecto. Por ello es imprescindible que la docencia de los proyectos
procure una formación sólida, ligada al momento cultural y tecnológico
de una sociedad, que permita saber cual es la realidad del papel del
proyecto y de su autor en el hecho constructivo. Hay que ser conscientes
de que en sociedades como la nuestra la contradicción mantiene cierta
carta de naturaleza, por lo que deberán admitirse incluso la existencia
de ciertos desfases entre idea y realidad, que se materializan en las
aspiraciones que el alumno pueda tener sobre la arquitectura y la propia
práctica de la profesión.
El proyecto adquiere el papel mas importante en esa contradicción,
pudiéndose entender éste únicamente desde el valor del hecho
administrativo, que se ajusta a una sintonía mayoritaria de la realidad,
o bien al contrario, buscar en el proyecto ese punto de reflexión, de
voluntad de futuro, sabiendo que la sintonía entre la forma, la técnica
y el programa, crea unos puntos de tensión, y que todo ello está inmerso
en unas determinadas relaciones entre idea y realidad que no siempre son
perfectas. |
PROJECTS IN ARCHITECTURE
Our culture has two different views of architectural
design, both current and both stemming from our society's ambiguous view
of the project. The view of the architect as a professional, which is
socially well accepted and is even much to the liking of an
encyclopedist-style standardisation, contrasts with that born of the
Romantic movement: a free individual, unconstrained by patronage and open
to new aesthetic experiences. A current opposed to pragmatism considers
reflection and experiment to be proper conditions of a possible practice
in which knowledge is acquired as a systematisation of experience.
An approach to reality always lies at the heart of the idea of a design
project. It is therefore essential for design teaching to give a solid
training, bound to the cultural and technological moment, that provides a
knowledge of the reality of the rôle of design and the architect in the
act of building. We must be aware that contradiction is, to a certain
extent, part and parcel of societies such as ours, so even certain
imbalances between idea and reality, specifically between the
architectural aspirations of students and the real practice of the
profession, must be accepted.
Design projects are at the forefront of this contradiction. They could be
understood only as construction documents, in tune with the majority
wavelength in real life, or, on the contrary, as a point of reflection, a
will for the future, in the awareness that attunedness of form, method and
brief creates moments of tension and that everything is immersed in
particular relationships between ideas and reality that are not always
perfect. |
|
|