1.- Portada y Fragmento del comienzo del Cap II del Libro de los Secretos de la Agricultura, Casa de Campo y Pastoril y evocación a la Geórgicas de Virgilio - Fray Miguel Agustín. Edición de 1762/Cover and beginning of Chapter 2 of the Libro de los Secretos de la Agricultura, Casa de Campo y Pastoril with an evocation of Virgil’s Georgics - Fray Miguel Agustín, 1762 edition | ||
Alqueríes. Paisatge i arquitectura en l´horta Alquería Farmhouses: Landscape and Architecture in the Horta |
Miguel del Rey Aynat |
2.-
Escritorio y arquitecturas al fondo en una miniatura de la antigua
biblioteca del Duque de Calabria, exponente de la mirada hacia la cultura
latina que se observa en la Corona de Aragón en torno al S XV. Isagoge ad
categoriae Aristótelis. Nápoles 1473. París, Biblioteca Nacional/Scriptorium with architecture in the
background in a miniature from the library of the Duke of Calabria, an
exponent of the 15th century Aragonese court’s interest in Roman
culture. Isagoge ad categoriae Aristotelis. Naples, 1473. Paris, National
Library
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Premio
COACV 2003-2004/2003-2004 COACV Prize Publicaciones, Trabajos de Investigación y Tesis Doctorales/Publications, Research Papers and PHD Thesis |
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3.- Permanencia de la evocación de la cabaña primitiva como
paradigma de lo atávico en diversas expresiones de la cultura: 3-1.Baldaquino de la Basílica de San Clemente en Roma, Siglo XII 3-2.-La ciudad Sforzinda del Filarete sobre 1465 3-3.-Natividad. Miniatura de la Biblioteca del Duque de Calabria. Crónica de Eusebio de Cesarea, Roma 1480. Madrid, Biblioteca Nacional 3.- Persistence of the evocation of the primitive cabin as a paradigm of atavism in different expressions of culture: 3-1.- Baldachin of the Basilica of San Clemente, Rome, 12th century 3-2.- Filarete’s Sforzinda city plan, circa 1465 3-3.- Nativity. Miniature from the library of the Duke of Calabria. Chronicle of Eusebius of Cesarea. Rome, 1480. Madrid, National Library |
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4.- Estudio planimétrico para la Villa Poiana. Villa con los patios y del resto de las construcciones agrarias - Londres RIBA/ Planimetric study for the Villa Poiana. Villa with courtyards and other agricultural buildings. London, RIBA | ||
5.- Entorno rural en Villa Cornaro 1613. R. Griffo. Venecia/ Rural environment of Villa Cornaro 1613. R. Griffo. Vence | ||
APROXIMACIÓN
A LO RURAL EN ARQUITECTURA sobre el libro “Paisatje i arquitectura en l´horta” La reflexión sobre lo rural en arquitectura es una condición previa a la lectura del libro “Paisatje i arquitectura en l´horta”, ya que marca la línea desde la cual se lee la arquitectura y también su relación con el paisaje. Una lectura que ha sido el fruto de una labor conjunta de un grupo de investigadores, cada uno de los cuales autor de los distintos capítulos del libro, sin cuya colaboración no hubiera sido posible esta obra; la cual es deudora de la ayuda y el aliento del Consell Valenciá de Cultura y de las personas que allí han colaborado en la edición.
Rural y Arquitectura Aproximarnos a lo rural en arquitectura implica cierta reflexión en una civilización como la nuestra donde los valores de lo urbano son dominantes. Por ello, al acercarnos a la arquitectura rural en l´horta pueden ser de interés ciertas apreciaciones entre términos como rural, popular, tradicional, folclórico o vernacular; conceptos que tienen cierta vinculación con la arquitectura rural que aquí estudiamos, pero que no la agotan. Lo rural en arquitectura participa de todo ello, pero también su concepto está relacionado con el pensamiento arquitectónico desde sus orígenes; no tenemos más que recordar a Vitruvio cuando habla sobre el origen del mito de la arquitectura y lo sitúa en ese ambiente rural en el cual los hombres por su natural curiosidad ...”observando los techos ajenos y añadiendo cosas nuevas a sus propios pensamientos, realizaban día a día tipos mejores de cabañas” (V.II/I 9.I.) Lo rural participa de ciertas condiciones que lo identifican en todas las culturas; así es propio de lo rural lo directamente constructivo, lo obvio, y en este sentido se entiende próximo a lo que se ha venido en denominar como arquitecturas populares; pero si bien la arquitectura rural participa de lo popular, también existe una vinculación constante en el tiempo entre lo rural y determinadas líneas de pensamiento que entrelazan lo culto y lo rural en arquitectura, de la misma manera que entre rural y urbano. Todos estos aspectos deben ser entendidos como episodios distintos de una historia que es única, la historia de la arquitectura, la cual sería incomprensible sin la presencia de cualquiera de estas facetas. En las relaciones entre pensamiento y arquitectura, y también entre pensamiento y naturaleza, podemos ver como los tratadistas nos acercan a lo rural y por extensión a la naturaleza transformada, a la naturaleza productiva entendida como una de las facetas importantes de lo público, con relaciones directas y potentes con la economía y con la estructura social. La propiedad del suelo, las parcelaciones, el cultivo de los productos necesarios para el consumo, la acumulación de riqueza, son cuestiones sobre las que versa el interés por la naturaleza antropizada que nos propone Virgilio en sus Geórgicas, y a partir de él, todos los tratadistas clásicos. Recomendaciones sobre la cultura de lo agrario, sobre la disposición de las construcciones y la parcelación y roturación de los campos, la podemos encontrar en libros como el de los “Secretos de la Agricultura, Casa de Campo y Pastoril” de Fray Miguel Agustín a mediados del S. XVII, un libro ampliamente difundido en las tierras de la antigua Corona de Aragón La tradición rural y la arquitectura culta tienen en el S. XVI un punto de encuentro especialmente interesante en la figura de A. Palladio. Lo culto bebe en las fuentes de lo rural y a través de esa lectura se renueva el repertorio arquitectónico desde el cual se construye la arquitectura de la villa, de la casa y del palacio, incidiendo tanto en el campo como en la ciudad. A partir de entonces se generan nuevas estructuras espaciales y morfologías que han ido transformándose a lo largo del tiempo y sirviendo de apoyo a una rica cultura académica Desde la particular relación entre cultura autóctona e Ilustración, que toma cuerpo en el S. XVIII y se mantiene a lo largo del tiempo en el mundo occidental, se dan una serie de interpretaciones locales en todos los países y surge una fructífera relación entre lo culto y lo popular que toma cuerpo tanto en la ciudad como en el campo, y por supuesto en la arquitectura rural valenciana de época moderna. De esta manera, encontramos en esta arquitectura vinculada al clasicismo, ciertos esquemas que han sido capaces de ser interpretados particularmente, que han tenido un feliz mestizaje con las culturas locales y han fructificado con interesantes ejemplos reconocibles tanto desde lo local, como desde determinadas perspectivas internacionalistas.
Lo rural como cultura y como civilización Lo rural y en particular la casa rural, se ha considerado a lo largo del tiempo como símbolo de raigambre, como la materialización de una relación directa con la tierra, como emblema de una cultura. Pero en cada momento de la historia podemos encontrar unas particulares relaciones entre el pensamiento propio de la época y lo rural, tanto en lo concerniente a su valor en el conjunto de los factores sociales y económicos, como en lo que se refiere a aspectos ligados a expresiones plásticas, arquitectónicas, literarias, etc. En mente de todos está la importancia que lo rural adquiere en momentos clave de la historia como fueron los siglos primeros de nuestra era, donde la idea de romanización estuvo ligada en parte a la transformación agraria de los territorios colonizados, de donde parten un buen número de estructuras espaciales y formales; de la misma manera que la consolidación del reino cristiano en Valencia esta vinculada a la idea del “Repartiment” y la construcción de una nuevo paisaje social y económico. Ya en época moderna la Ilustración, las ideas fisiocráticas, parten de una valoración muy fuerte de lo rural, conduciéndolo al centro de la estructura económica e incluso social de la sociedad. Las relaciones de lo rural con otros aspectos de la cultura, incluso con factores que inciden sobre lo creativo en una sociedad, es un aspecto que ofrece lecturas diversas; lecturas que trascienden ese sentimiento de nostalgia de aquella vinculación perdida con la naturaleza que encontramos a partir del romanticismo y se acrecienta en la civilización contemporánea; nostalgia entendida como melancolía, como sentimiento enfermizo, que se supera con lecturas como las de H. Hesse, transformándolo en un factor fecundo en literatura, una imagen, en este caso la de su pueblo, su pequeño núcleo rural, que pervive a través del viaje del hombre por la metrópolis moderna, y que surge precisamente por ese habitar en desarraigo. “No es necesario que la describa, ya lo he hecho en casi todo los libros que he escrito; por lo demás no hubiera tenido nunca necesidad de escribirlos si me hubiera quedado en la bella Kalw, pero Kalw no me ha sido destinada” (Heimat- 1918)
Distintas lecturas de lo rural desde la arquitectura Las lecturas de lo rural en arquitectura pueden ser varias, pero como norma general me gustaría insistir que el interés por los modelos arquitectónicos no está tanto en ellos mismos, considerados como modelos a seguir, sino en el valor como depositarios de la historia. En este sentido hay que distanciarse de su repetición, estando en cambio atentos a su conocimiento y valoración para proceder, si fuera oportuno, a su restauración o consolidación. Estudiar lo rural y obtener de su análisis determinados conocimientos, son cuestiones básicas de la cultura en cualquier sociedad, lo cual aumenta el acervo cultural de un pueblo y acrecienta los datos y conocimientos sobre arqueología e historia, pero en arquitectura esas lecturas son fecundas sobre todo si evitamos repetir los modelos y nos centrarnos en otros aspectos, bien conceptuales o incluso formales. En nuestra disciplina la vinculación con lo rural toma interés cuando la despojamos de lenguajes al uso, evitamos los modelos, nos centramos en aspectos de necesidad y abandonamos incluso de ciertos significados. La vocación de lo rural, su austeridad en la elección de materiales y en la construcción de formas y espacios, así como la materia, las texturas y los cromatismos que allí encontramos se han de ver con una actitud abierta a nuevas experiencias. En los aspectos conceptuales interesan aquellas condiciones de lo rural que lo han distinguido a lo largo del tiempo en arquitectura y a las que hemos hecho referencia: lo obvio, lo estrictamente constructivo, la economía de medios. Condiciones alejadas de la idea de estilo por ejemplo, pero que en cambio, participan de cualquier otra consideración propia a la arquitectura, por ello, podemos convenir que en la historia se ha considerado a lo rural una fuente limpia de donde beber en arquitectura, o cantera donde volver la mirada en los momentos de crisis.
El mundo rural como cantera en los momentos de crisis arquitectónica A lo largo de la historia hemos visto como en los momentos de crisis se han vuelto los ojos hacia lo rural para desde allí reconducir una cierta disciplina. A parte de los orígenes clásicos de la arquitectura, podemos distinguir ciertos momentos especialmente intensos en esa búsqueda en lo rural como cantera desde donde extraer material, tanto en aspectos conceptuales como incluso formales. Podemos distinguir la tratadística que se genera a partir de las reflexiones de A. Palladio sobre la villa, construida a partir de un conocimiento profundo de la arquitectura rural véneta. Dos siglos mas tarde, ya en los albores de la modernidad, los arquitectos de la Revolución Francesa vuelven la vista a lo rural, en este caso no tanto a sus construcciones como a su voluntad de relación con la naturaleza para desde ella buscar un regeneración moral de la sociedad. Desde un campo idealizado conciben una nueva arquitectura de geometrías puras, de formas limpias, a partir de las cuales reemprender la historia. Desde entonces, lo constructivo, lo obvio, la cabaña, lo rural en suma, se convierten en el origen de la arquitectura para Milicia y el Neoclasicismo La Ilustración y las ideas fisiocráticas que en parte la sustentaron, el interés por todo aquello que venía de la tierra, hace que lo rural tome un nuevo impulso entre 1750 y las primeras décadas del S. XIX. Las Academias, entre ellas la de San Carlos, trabajan y difunden modelos arquitectónicos entre los Arquitectos y Maestros de Obra que allí se forman, creando un cuerpo disciplinar de gran importancia en la consolidación de la cultura arquitectónica rural, como puede verse en los ejemplos incluidos en el “Catalogo de Diseños de Arquitectura de la Real Academia de BB AA de San Carlos de Valencia” que publicaron en 1981 J. Berchez y V. Corell Es precisamente en plena modernidad cuando encontramos un interés particular por lo rural en muchos e interesantes autores, parejo a su vez con un alejamiento militante en otros, en particular en las vanguardias. Podemos valorar el interés por lo rural que encontramos en los experimentalístas escandinavos: G. Asplund, A. Aalto, J. Utzon, nos ofrecen en determinados proyectos lecturas de particular lirismo tras los cuales hay una gran preocupación por el paisaje rural, por su arquitectura y en suma por la cultura que se da en torno a lo rural; en parte basada en sus conocimientos de campo sobre estas manifestaciones culturales, pero también de manera indirecta, con las interpretaciones personales que hacen desde la literatura o desde la pintura, no olvidemos el interés en las lecturas de que muestran Asplund y Lewerentz por los cuadros de paisaje de G. D. Friedrich. Ese mismo interés por lo rural lo podemos encontrar en otro de los pilares básicos de la modernidad como es propio Le Corbusier; la arquitectura de bóvedas, los muros de mampostería, las vinculaciones al paisaje, son temas que encontramos en sus casas unifamiliares, particularmente cuando estas son para sus seres queridos o para sí mismos. Episodios de interés en la relación entre lo rural y la modernidad los podemos ver en los mejores arquitectos españoles: J. Torres, J.L.Sert, J. A. Coderch y por supuesto en A de la Sota, por citar algunos. |
AN APPROACH TO THE RURAL WORLD
IN ARCHITECTURE Reflection on the rural world in architecture is a prerequisite for reading Paisatje i arquitectura en l´horta, as it marks the line from which the architecture is read and its relationship with the landscape. This reading is the result of team work by a group of researchers, each of whom is the author of different chapters of the book. This work would not have been possible without their collaboration and also owes much to the help and encouragement of the Consell Valenciá de Cultura and of the people there who worked with us on its publication.
Rural and Architecture In a civilisation such as ours, dominated by urban values, an approach to the rural world in architecture implies a certain degree of reflection. When addressing rural architecture in the Horta, some appraisal of terms such as rural, popular, traditional, folk or vernacular may therefore be of interest. While these concepts are linked to some extent with the rural architecture under study, they do not exhaust the subject. Rurality in architecture has its share of all of them, but the concept is also related, from the start, to architectural thinking. Vitruvius, for example, spoke of the origins of the myth of architecture, siting it in a rural setting where men, driven by natural curiosity, “From observation of and improvement on each others’ expedients for sheltering themselves, (...) soon began to provide a better species of huts.” (V. book II, chapter 1)1.
In all cultures, rural architecture shares certain identifying characteristics; typically, directly constructive and obvious, for instance. In this sense, it can be understood as being close to what have been termed popular architectures, but although rural architecture has its share of popular culture, there is also a constant bond over time between rurality and certain lines of thinking that interweave the cultured and the rural in architecture, in the same way as the rural and the urban. All these aspects must be seen as different episodes of a single history, that of architecture, which would be incomprehensible if any of these facets were lacking. In the relationships between thought and architecture, and also between thought and nature, we find that the theorists bring us closer to the rural world and, by extension, to the transformation of nature, to productive nature, viewed as a major facet of public life, directly and powerfully linked to social structure and the economy. Land ownership, division into plots, growing the necessary products for consumption, the accumulation of wealth: these are the subjects that arouse the interest in anthropogenic nature expressed in Virgil’s Georgics and, thereafter, by all the classical treatise writers. Recommendations concerning agrarian culture, the layout of buildings, plot division and crop rotation, may be found in books such as the Secretos de la Agricultura, Casa de Campo y Pastoril [Secrets of Agriculture, the Country House and Shepherding], written in the mid 17th century by Fray Miguel Agustín, which was widely read in the Kingdom of Aragon. In the 16th century, we find a particularly interesting meeting point between the rural tradition and cultured architecture in A. Palladio: culture draws on rural sources. This reading renewed the architectural repertory for building villas, houses and palaces, both in the countryside and in cities, and was the starting point for new spatial and morphological structures that have gradually changed over time, underpinning a rich academic culture. The unique relationship between indigenous cultures and the Enlightenment that was formed in the 18th century and has persisted in the western world has given rise to a series of local interpretations in every country, ushering in and shaping a fruitful relationship between learned and popular culture in both the cities and the countryside, including, naturally, the rural Valencian architecture of the modern age. In this architecture, linked to classicism, we therefore find certain schema that have been interpreted in a particular way, in a felicitous cross with local cultures, resulting in interesting examples that are recognisable both in a local interpretation and from certain internationalist perspectives.
Rural as culture and as civilisation The rural world, particularly the rural house, has always been considered a symbol of rootedness, the materialisation of a direct relationship with the earth and the emblem of a culture. At every moment in history, however, we find particular relationships between the thinking of the age and the rural world, as regards both its value in the ensemble of social and economic factors and aspects that are bound up with the manifestations of art, architecture, literature, etc. We all know how important the countryside has been at key moments in history. In the first centuries of our era, the idea of Romanisation was linked in part to the transformation of farming in the colonised lands, giving rise to a number of spatial and formal structures. Equally, the consolidation of the Christian Kingdom of Valencia was bound up with the idea of Repartiment or land distribution and the construction of a new social and economic landscape. Moving on to modern times, the physiocratic ideas of the Enlightenment valued agriculture very highly, considering it central not only to the economic structure of society but even to the social structure. The relationships between the rural world and other facets of culture, including factors that bear on creativity in a society, are an aspect that offers diverse readings. These transcend the nostalgia for the lost bond with nature that we encounter from the Romantics onwards and is increasing in our contemporary civilisation, a nostalgia perceived as melancholy, as an unhealthy sentiment: it is surmounted by readings such as those of H. Hesse, becoming a fertile element in literature, an image, in this case that of his village, his small rural nucleus, which lives on throughout man’s voyage through the modern metropolis and arises precisely through his dwelling apart from his roots. “I need not describe it, I have already done so in almost every book I have written; besides, I would never have needed to write them if I had stayed in beautiful Calw, but Calw was not destined for me” (Home. 1918)
Different readings of rural in terms of architecture The rural world in architecture can be read in different ways, but as a general rule I would like to stress that the interest of the architectural models lies not so much in themselves, considered as models to follow, as in their value as repositories of history. Consequently, we should avoid repeating them, while paying attention to knowing and appreciating them in order to restore or consolidate them if appropriate. Studying the rural world and acquiring certain items of knowledge from its analysis are a basic part of the culture of any society that increases its store of archaeological and historical facts and knowledge and enriches the cultural heritage of a people. In architecture, however, it is fruitful particularly if we avoid repeating the models and concentrate on other aspects, be they conceptual or even formal. In architecture, the connections with the rural world are of interest when shorn of the customary languages, when we avoid the models, centring on aspects of necessity and even abandoning certain meanings. The vocation of rural buildings, their austerity in the choice of materials and the construction of forms and spaces, as well as the matter, textures and colours we find there, must be viewed with an openness to new experiences. Among the conceptual aspects, the features of rurality that are of interest are those that have distinguished it in architecture throughout time, as mentioned earlier: obvious, strictly constructive, economy of means. These are far from the idea of style, for instance. On the other hand, they share every other consideration that is proper to architecture and we can therefore allow that in the course of history, the rural world has been considered a limpid fountain from which architecture may imbibe, or a resource to turn to in times of crisis.
The rural world as a resource in times of architectural crisis Throughout history we find that in times of crisis, eyes turn to the rural world as a basis for returning to a certain discipline. As well as the classical origins of architecture, we can distinguish certain particularly intense moments of seeking in the rural world and quarrying its materials, both conceptual and formal. The treatises that were written following A. Palladio’s reflections on the villa, based on a deep knowledge of the rural architecture of the Venetian mainland, are an example. Two centuries later, at the dawn of the modern age, architects at the time of the French Revolution turned to the rural world, not so much to its buildings as to its will to relate to nature, in which they sought a basis for the moral regeneration of society. From their idealised countryside, they conceived a new architecture of pure shapes and clean forms so that history could start anew. Afterwards, the constructive, the obvious, the cabin, in short, the rural world, became the origin of architecture for Milicia and Neoclassicism. The Enlightenment and the physiocratic ideas that in part underlay it, their interest in everything that came from the land, gave rurality a new boost from 1750 to the early 19th century. The Academies, including San Carlos in Valencia, prepared architectural models and circulated them among the architects and master builders they trained, creating an architectural corps that was very important for the consolidation of rural architectural culture, as can be seen from the examples in the Architectural Design Catalogue of this academy, the Catalogo de Diseños de Arquitectura de la Real Academia de BB AA de San Carlos de Valencia published in 1981 by J. Berchez and V. Corell. At the height of the modern movement we find a particular interest in the rural world among may interesting authors, at the same time as a militant shunning of it by others, the avant-garde in particular. Among the Scandinavian experimentalists, some of G. Asplund, A. Aalto and J. Utzon’s projects offer readings of a particular lyricism, behind which lies a great concern for the rural landscape, its architecture and the culture surrounding the rural world. This is partly based on their personal knowledge of these cultural manifestations but also, indirectly, on their personal interpretations of literature or paintings: we should not forget that Asplund and Lewerentz showed a particular interest in C. D. Friedrich’s landscapes. This same interest in the rural world can be found in another of the main pillars of modernism, Le Corbusier himself. The vaulted architecture, stone walls and links with the landscape are themes that are found in his private houses, particularly when he was designing them for himself or for his friends and family. Moments of interest in the relationship between the rural world and the modern movement can also be seen in the best Spanish architects: J. Torres, J. L. Sert, J. A. Coderch and, of course, A. de la Sota, to name only a few. |
14, 15, 16, 17.- La evocación a un paisaje rural, real o imaginario, está presente en el proyecto del Crematorio del Bosque en Estocolmo de G. Alplund y S. Lewerentz, 1935-40. Vista del paisaje lejano tras la cruz. Vista actual de la colina y comparación con el fondo del cuadro titulado “Los campos de Dresde”. C.G. Friedrich,1824 (imagen de S. Wrede)/ Evocation of a rural landscape, real or imaginary, is found in G. Asplund and S. Lewerentz’s project for the Woodlands Cemetery outside Stockholm, 1935-40. View of the distant landscape behind the cross. Present-day view of the hill and comparison with Hill and Ploughed Field near Dresden, a painting by C.D. Friedrich, 1824 (image by S. Wrede)
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6.- Ejercicio de Vicente Pardo para la obtención del título de Arquitecto. Academia de San Carlos, Valencia 1772 (J B y V C)/ Exercise by Vicente Pardo for graduation as an Architect. Academia de San Carlos, Valencia, 1772 (J B and V C) | 7.- Terres- Josep Ginestar/ Terres- Josep Ginestar | 8.- La Masía- Juan Gris/ La Masía- Juan Gris | 9.- Altea- Benjamín Palencia/Altea- Benjamín Palencia | 10.- La cultura de la casa rural escandinava está presente en la reflexión que sobre las casas en L y las casas patio, realizan los arquitectos experimentalistas daneses y suecos. G. Asplund: Croquis de la Casa Snellman (1917). Planta en L más depurada que encontramos en 1937 en la casa que se construye para si mismo el arquitecto en Stennäs/ The culture of Scandinavian rural houses is present in the Danish and Swedish experimentalist architects’ reflections on L-shaped houses and courtyard houses. G. Asplund: Sketch of the Snellman House (1917). More refined L-shaped floor plan from 1937, in the summer house he built for himself in Stennäs |
18, 19, 20.- En la obra de Le Corbusier podemos apreciar un cierto interés por lo rural en los trabajos, las formas y las texturas de determinadas obras, en particular aquellas más próximas, más íntimas. Muro de mampostería como fondo de la sala de su estudio en la Calle Molitor de Paris 1933. L. C. fotografiado sobre el muro de mampostería. Bóvedas en las Casas Jaoul 1954-56 (L Hervé)/ In Le Corbusier’s work, we can appreciate a certain interest in rural themes in the methods, forms and textures of certain works, particularly those which are closer to him, of a more intimate nature. Stone wall at the end of his studio in the rue Molitor, Paris, 1933. Le C. photographed against the stone wall. Vaulting in the Jaoul houses, 1954-56 (L. Hervé) | |||
11, 12, 13 .- La importancia de la cultura local en la manera de entender la casa la podemos observar en dos obras de J. Utzon. Casas patio para resolver la vivienda suburbana en Dinamarca: Casas Kingo 1956-58. Casas compactas para resolver la vivienda en Mallorca: Can Lis 1970-73. La referencia a lo rural, a lo atávico, a lo directamente constructivo, la podemos observar en estas casas patio de J Utzon. Casas en Fresdensborg 1959-62/ The importance of local culture in the way houses are understood can be observed in two works by J. Utzon. Courtyard houses as a solution for suburban housing in Denmark: Kingo Houses, 1956-58. Compact housing solution in Majorca: Can Lis, 1970-73. The reference to rural, atavistic, directly constructive qualities may be observed in these courtyard houses by J. Utzon. Houses in Fredensborg, 1959-62 | |||
21.- J. A. Coderch. Croquis de la Casa Tàpies, 1960/ J. A. Coderch. Sketch of Tàpies House, 1960 |
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22.- A. De la Sota. Poblado de absorción de Fuencarral, 1955/ A. De la Sota. Fuencarral slum-absorption development, 1955 |