Marilda Azulay Tapiero |
La fortuna de los ideales
racionalistas en España 1914-1936. El caso concreto de José Cort Botí
(1895-1961)
The fortunes of rationalist ideals in Spain 1914-1936. A case in point: José Cort Botí (1895-1961) |
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Premio
COACV 2003-2004/2003-2004 COACV Prize Publicaciones, Trabajos de Investigación y Tesis Doctorales/Publications, research papers and PhD Theses
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La investigación trata del intento de identificación, seguimiento y posterior comprobación de los ideales racionalistas arquitectónicos para poder establecer su fortuna en España entre 1914 y 1936. El investigar acerca de un periodo tan rico en acontecimientos, ha constituido una labor tal que el impulso sintético ha sido superado por el interés del material y los aspectos descubiertos. Avanzado el estudio, planteado inicialmente como “La fortuna de los ideales racionalistas en España”, fue una ayuda el acercamiento desde la obra del arquitecto José Cort Botí para identificar el pensamiento y la obra desde lo concreto, si bien, tanto su personalidad silenciosa como el cambio de actitud tras la guerra, han supuesto una dificultad en la investigación. Un personaje del que no existe bibliografía salvo inclusiones en guías con reseñas y noticias muchas veces confusas. En principio, tenía interés por la obra del Albergue para la Asociación Valenciana de la Caridad en Valencia, por la selección por parte de Wattjes de una de sus obras para su inclusión en el volumen “Moderne Kerken in Europa en Amerika”1, junto a otras de Perret, Berlage, Jan Wils, Moser u Otto Bartning; su conocimiento de la obra de Josef Hoffmann; o su vinculación, también profesional, con su hermano César Cort. A ello se suma la puntualidad histórica y su formación, en principio tutorizada por su padre José Cort Merita, Ingeniero Industrial, licenciado en Ciencias Físico-Matemáticas y Director de la Escuela Superior de Industria de Alcoy. Como consideración previa he partido de un rechazo a la pretendida aparición espontánea de las ideas “racionalistas” en España; sin negar procesos de incorporación e incluso emulación, en cuyo caso creo importante incidir en su grado de conciencia y las posibles transformaciones sufridas durante el proceso. Entre otras consideraciones, quiero destacar la reflexión de Josef Hoffmann, en 19332, según la cual nace el Nuevo Movimiento -”internacional en carácter, aunque se originaron variaciones en los diversos países, cada uno según los talentos peculiares de su gente y de sus artistas”- como un propósito que lucharía contra “la entonces floreciente costumbre de repetir todos los estilos de todos los periodos de todos los tiempos” que sólo podría conducir “a la mala o falsa arquitectura”; admirando en la arquitectura de principios del XIX, “llena de grandes pensamientos y nobles intenciones...”, el ser “perfecta expresión de su tiempo”. La arquitectura, sometida al uso, sirve a fines prácticos, pero también se halla conformada por pensamientos e intenciones que pueden hacerse visibles; y debe adoptar una postura interdisciplinar basada en la relación con la ciencia, la historia, la sociedad,... la cultura, no específicamente arquitectónicas. Cada proyecto muestra esa relación, atendiendo a la cultura como un saber asimilado al que se llega a través de todas las actividades del pensar, observar, buscar, experimentar, conocer, compartir,... y de ahí el no rechazar la atención a ninguna de ellas. Otra consideración es la de la racionalidad como reflejo de una preocupación, una actitud, pero hay que dotarla de un sentido concreto. Para Oud, la “búsqueda de formas claras para necesidades claramente expresadas”; para Gropius, “racional quiere decir literalmente conforme al buen sentido”, comprendiendo pretensiones económicas, psicológicas y sociales; o para Poelzic la necesaria base de una construcción simple y sana derivando de ella un lenguaje formal “de acuerdo con el buen gusto”. Compromisos entre finalidad y forma, individuo y sociedad, economía y política,... como la “lógica de lo funcional” que establece Adolf Behne, siendo el estilo la versión concreta de ese compromiso en cada momento. Planteado el estudio he procedido a establecer definiciones y sus marcos de inserción, destacando las relaciones y su grado de intensidad, y los que he definido como “encuentros” -formas de contacto e intercambio- y sus canales de difusión. Para favorecer estos encuentros y los discursos posiblemente superpuestos, he intentado evitar una visión polarizada de elementos muchas veces contrapuestos, no sólo entre “lo útil” y “lo estético”, sino también entre lo tradicional y lo moderno, lo regional y lo internacional, lo central y lo periférico,... así como arquitecturas “de vanguardia” frente a “populistas”, reconociendo un corpus creciente sobre la obra de diversas figuras donde se entrecruzan contribuciones de los que hoy se tienen por “mayores” y “menores”. Para poder establecer conclusiones y verificar el papel y fortuna de los ideales, se reflexiona acerca del entretejimiento entre los trabajos y las condiciones en que se producen. Para ello el método de investigación resulta de la complementación de diversos métodos, asumiendo la posibilidad subjetiva en la criba de acontecimientos y considerando la arquitectura como trabajo intelectual, como “juego intelectual de la intencionalidad”3. Aún basado en la realidad construida, el estudio es teórico y el método analítico disecciona conceptos poniendo el acento en la dialéctica que se instituye poco a poco en el tiempo. Los elementos no pueden ser numerados en su totalidad; por tanto, las conclusiones perfilan “la fortuna de los ideales racionalistas en España” desde la obra del arquitecto seleccionado que puede servir para una más amplia demostración así como un reconocimiento hacia los arquitectos y la arquitectura “honestos”. Entre las fuentes, la bibliográfica tiene un peso importante, seleccionando de entre los aspectos descubiertos los considerados significativos. La selección surge, básicamente, del seguimiento de la obra y biblioteca de José Cort, hilo para investigar en otros documentos. De la biblioteca recojo las “voces” de los protagonistas consciente de que se trata de un recorrido realizado hoy, conociendo muchas fortunas; para su lectura he preferido siempre la obra en posesión de Cort para reconocer sus marcas, pequeños trozos de papel conservados entre páginas que señalan artículos, autores, temas e imágenes indicando intereses culturales y otras veces prácticos. También valorar las selecciones de autores, temas y asociaciones, como notar las “ausencias”. El método también es histórico inculcando distintas etapas como una sucesión cronológica; un criterio de ordenación cronológico apoyado en la trayectoria de José Cort de acuerdo a periodos claramente distinguibles de su biografía que, confluyendo, conforman la totalidad del recorrido. Como límites, 1914 y 1936, si bien se superan buscando orígenes o consecuencias. La investigación fija 1914 en razón de los traumas provocados por la Primera Guerra Mundial y sus consecuencias en el campo del pensamiento y, más concretamente, de la arquitectura -el inicio del siglo XX para Arnold Hauser4, y el inicio de “la era de las catástrofes” para Hosbawm, que hasta el fin de la Segunda Guerra supuso “31 años de conflicto mundial...”5. En España, en 1936, la Guerra Civil. Entre los textos que refuerzan fijar 1936 como límite, en el artículo “La Reconstrucción de España. Resumen de dos años de labor”6, “...Con teorías funcionalistas se envolvía en realidad lo que no era otra cosa que la falta de imaginación y espíritu rastrero y mezquino de los autores que lo proyectaron. Afortunadamente, el Movimiento nacional barrió de una vez para siempre estas doctrinas... y con la victoria de Franco ha vuelto a entrar la Arquitectura Española en los cauces de los que nunca debió salir...” O Luis Moya escribiendo “Ahora, en 1940,... se observan... la última turbamulta de escorias procedentes del cubismo y racionalismo de Le Corbusier, de la Bauhaus y de todos los judíos del mundo... La Junta de Reconstrucción de Madrid, quiere... continuar la tradición en un sentido estricto, con la vista puesta en nuestra Arquitectura Imperial...” 7 La investigación se desarrolla en capítulos como acercamiento a periodos o temas concretos. El primero plantea una aproximación al racionalismo arquitectónico en la necesidad de penetrar en el marco de referencias previas en los distintos planos de la investigación. El primero, “ideal” como esquema abstracto donde se define cómo deben ser las cosas. Modernidad; razón; función; utilidad;... o belleza, aparentemente reflejando mismas preocupaciones pero cada uno con un sentido concreto en su momento; y como expresa Lurçat, la consideración del arquitecto como organizador de los espacios que, teniendo en cuenta todos los factores técnicos, económicos, biológicos, sociológicos,... debe completar la obra creando la belleza, no con formas abstractas sino, al contrario, concretas. Racionalismo arquitectónico como voluntad intelectual; si bien hubo quienes entendieron que con asumir imágenes se integraban en la novedad aunque los conceptos respondieran a viejos esquemas; y también asumir que, a grandes rasgos, la arquitectura no se presta a excluir la idea de racionalidad desde su condicionamiento a la construcción, utilidad y necesidad. En un segundo plano los ideales racionalistas en España. En su identificación señalo tres momentos, cada uno inserto en cada uno de los tres periodos en los que se estructura el estudio. En 1919, año en que José Cort verifica el ejercicio Final de Carrera de Arquitecto, Fernández Balbuena lamenta la ausencia de ideas fundamentales aludiendo al “temor a ser tildados de racionalistas” como causa de incurrir en las mayores arbitrariedades8. En 1929, Luis Lacasa afirma que el racionalismo es un “ideal tan noble” del que “nadie puede protestar” y es algo más que una serie de principios constructivos y estéticos, es un sistema moral9; y en 1934, Josep Lluis Sert alerta sobre la existencia del “academicismo funcional”, “tan muerto, tan académico y tan peligroso como el academicismo de escuela” abogando por la identificación, por defender una arquitectura del clima10. El tercer plano, José Cort Botí, aproximación intentando que la obra muestre todo su espesor. El segundo capítulo se centra en el periodo de formación de José Cort, 1913-1919, periodo de adquisición y desarrollo de un pensamiento metódico que, teóricamente, le permita resolver los diversos cometidos profesionales, comprendiendo el aprendizaje del manejo de herramientas destacando el lenguaje gráfico como base en la enseñanza. A la influencia de textos e imágenes, contribuye la Biblioteca de la Escuela de Arquitectura de Madrid; Lacasa, escribiría, “Aquél era un periodo de formación caótico, desordenado; ecléctico en todos sentidos... Nuestra verdadera escuela era la biblioteca...” Tampoco hay que olvidar el método pedagógico, los planes de estudio, los profesores,... siendo indicativo el modo en que José Cort fue influenciado por los principios y modelos de la Secesion, por los trabajos de la Wiener Werstätte y, especialmente, por Hoffmann. En este periodo surge la revista “Arquitectura” reflejando el panorama ideológico y profesional y, de él, destaco las primeras constataciones de nuevas propuestas y contenidos ideológicos. Los capítulos siguientes se enmarcan cronológicamente en periodos de localización de José Cort. “Madrid: 1920-1927” es el periodo de sus inicios profesionales; pero también de la decisión de abandonar Madrid. Mientras, en el panorama europeo, la guerra impuso urgentes necesidades y entre las más acuciantes, el problema de la vivienda. A su vez, la modernidad busca para su concreción mecanismos de enganche; es significativo el editorial firmado en 1924 por Albert Lévy en la presentación de la segunda época de la revista “L’Architecte” tras diez años de interrupción y reflexión obligadas. Sitúa como objetivo la selección y presentación de obras representativas del “espíritu moderno”, buscando un arranque en conceptos como organización, empleo racional de los materiales, control científico y utilidad. “Espíritu” que no hubiera sobrevivido de haberse tratado sólo de ocurrencias de individuos aislados o en pequeños grupos. Parece común tanto el compromiso como el intento de clarificación de lo “esencial”. Planteamiento de lo objetivo, lo funcional o lo práctico a través de los textos de Muthesius, Van de Velde, o de la Werkbund instalando el concepto de calidad; de la comodidad, el confort, planteados por Wright; el concepto de la producción en serie y la idea de industrialización a que hace referencia Gropius; o los criterios por los cuales la arquitectura es definida como el “sistema de organización de las funciones y los materiales” por Van Doesburg. En España se denuncia la búsqueda de un estilo “español” dirigiendo la atención hacia las construcciones populares; Torres Balbás se pronuncia admirando en la casa popular lo que representa de ejemplo de lógica y racionalidad o Teodoro de Anasagasti valorará su simplicidad y modestia. En este marco, se analiza los primeros estudios realizados por José Cort, donde establece el título “La casa mediterránea”. Cort inicia su obra partícipe de la confusión lingüística aunque recurriendo a la simplicidad de formas y materiales, junto a un cuidado estudio de los detalles. En sus propuestas parece encontrar apropiado empezar con formas elementales estableciendo el orden como disciplina y sistema de organización; entre ellas, diseños de mobiliario y de elementos auxiliares, con una clara finalidad e insistiendo en la definición de la forma, encontrando referencias de la tradición húngara. En el periodo “Alicante: 1927-1930” quedan insertas importantes experiencias y “encuentros”: la exposición de la Werkbund en Stuttgart, la apertura de la Bauhaus en Dessau, o el trabajo de los Congresos Internacionales de Arquitectura Moderna. En 1927, en Madrid, la Ciudad Universitaria; en Valencia, el Concurso de Anteproyectos para el Ateneo Mercantil; en 1929, las Exposiciones de Sevilla y Barcelona; en 1930, los acuerdos de Zaragoza, o el establecimiento de los Colegios de Arquitectos. “Encuentros” cuya necesidad parece basada en dos razones: la clarificación mediante la discusión colectiva, y la coordinación de los esfuerzos para la difusión de las ideas. Algunos temas de la “nueva arquitectura” están construidos y experimentados. Se está definiendo el gradual desarrollo de la Idea Racional. Una obra clave de José Cort en este periodo será la “Capilla y jardines en Lorenzo Casanova” -jardín y casa, dos cuestiones esenciales y recurrentes- donde se confirman las referencias secesionistas y las citas a la obra de Behrens. En 1929, la propuesta al concurso de la vivienda mínima, representa una respuesta al llamamiento a “colaborar en esta obra de interés general”. La convocatoria no se plantea desde los términos de existenzminimun ni bajo el lema “vivienda para el mayor número”; también José Cort presenta un proyecto ajeno al “problema de la vivienda mínima”; pero, desde un medido programa y su organización, supone un paso hacia formas elementales y la consolidación de una manera de hacer que poseerá un sello capaz de distinguirla. Junto a esta propuesta, la actividad proyectual ejercida en Alicante se enmarca en la analogía mediterránea: con formas limpias y sencillez constructiva, las “casas mediterráneas” constituirán una alternativa a la adecuación entre vivencia, lógica económica, lógica constructiva y lógica arquitectónica. Durante el tercer periodo, “Valencia: 1930-1936”, es significativo lo que Marie Dormoy escribe en 1931 11, contra la aplicación del término “arquitectura moderna” a obras que surgen de la plástica y no de la construcción y a favor de la distinción entre “el verdadero moderno” y “lo seudo-moderno”. Sert denunciará en 1934 el academicismo funcional. Un periodo de intensa actividad profesional de José Cort como arquitecto escolar e independientemente de la dimensión o tema de los encargos, se advierte una medida organización funcional y preocupaciones higienistas. En coherencia, el sistema estructural y el sistema constructivo comprobados; una arquitectura de carácter “utilitario” en la que se adopta un cuidado estudio de los detalles en colaboración con diferentes oficios. La finalidad de la Asociación Valenciana de Caridad lleva a Cort a una organización claramente dispuesta donde la sección adquiere papel estructurante. En un proyecto preliminar conecta el edificio preexistente mediante la articulación de patios constituyendoa fachada en sistema de recepción y cobijo bajo un pórtico protector; tras este planteamiento, en el que se desarrolla el nuevo lenguaje y un nuevo concepto de la relación edificio-calle, el edificio del albergue finalmente construido acepta el límite y los valores de la preexistencia. Apoyadas además en capítulos referidos a la vivienda unifamiliar y la arquitectura escolar, se establece las conclusiones. Para su solidez, unas primeras constataciones entre las que observar cómo arquitectura, ideología y realidad cultural, económica, social y política están interrelacionadas, abordando, por tanto, la obra de arquitectura como voluntad reflexiva y principalmente apreciada en su época. José Cort es un personaje culto y dado a la recapacitación, caracterizado por cierto aislamiento, sin conciencia de grupo más que en aquellos trabajos referidos a la arquitectura escolar, aún en ellos prevaleciendo la noción de individualidad. Se puede perfilar la síntesis entre el academicismo de formación, la arquitectura mediterránea y el racionalismo, elaborando una nueva arquitectura en los términos planteados para el momento y lugar, donde el encuentro tradición-modernidad dificulta la valoración de cada obra pero adquiere importancia en el conjunto que, por otra parte, se aparta de la retórica, de revivals y monumentalismos. Cort subraya, literalmente, en “La prosa y el hombre”, de Ortega y Gasset, “Esto es, en ética como en estética, la esencia del pecado: quiere ser tenido por lo que no es. Y la retórica es ese pecado de no ser fiel a sí mismo, la hipocresía en arte. El casticista, por ejemplo, es un retórico nato”. Su colaboración en “Murcia. Un ejemplo sencillo de trazado urbano”, de César Cort12, puede considerarse como una toma de postura reforzada en un informe que redacta en 1941 reclamando la responsabilidad social del arquitecto, significativa en la arquitectura escolar y concretamente como arquitecto del edificio de la Asociación Valenciana de la Caridad, no sólo como donación del trabajo realizado, sino desde la honestidad del planteamiento. En la verificación de los ideales en la arquitectura de José Cort, se constata una evolución desde una primera y elemental simplificación donde, desde la mentalidad reformista, la Secesion servirá de modelo; hasta la aceptación de las formas simples, adquiriendo papel preponderante las referencias a la arquitectura mediterránea pero con el compromiso con el acento como expresión, llegando a acuñar un sello específico determinado por invariables. Racionalidad basada en la clarificación y distinción para llegar a la organización funcional, métricas adecuadas, sistemas,... aceptando la tradición como valor objetivo y el recurso a los patrones, entre ellos, un sistema estructural y un sistema constructivo basados en la experiencia; y las matemáticas y la geometría como ciencias seguras y “ciertas”. Funcionalidad como idea de “la finalidad”; clarificación de la utilidad, incluso del detalle. La distribución en planta se puede esquematizar desde su organización funcional atendiendo a cuestiones de higiene donde la orientación jugará un papel fundamental. Idea de espacio desde la relación interior-exterior que se establece desde diferentes mecanismos: el interior ocupando y dominando el exterior en miradores; el interior introducido en la vivienda en patios; o la arquitecturización del espacio exterior en accesos, terrazas, verandas,... en la pretendida continuidad y con la incorporación del elemento verde. La belleza se objetiva desde la geometría; leyes matemáticas distinguiendo líneas, puntos y figuras reguladoras siguiendo marcas y cifras en los dibujos de plantas y alzados. Volumetría condicionada por la jerarquía establecida desde el la organización del programa y su métrica; donde los incidentes periféricos -muros, verandas, patios, pórticos,... e incluso la vegetación- otorgan al edificio su configuración afectada por la simplificación y el contraste. Confiando en los métodos y sistemas tradicionales, la técnica y los nuevos materiales son un medio al que recurrir cuando así lo aconseja la eficiencia y adecuación a la finalidad; como la estructura en los dormitorios del edificio albergue de la Asociación Valenciana de la Caridad, un edificio que supondrá un compromiso con “lo moderno” en respuesta a un programa con fines sociales y necesidades higiénicas. Destacan la economía de medios y la aportación de soluciones coherentes con los conceptos de organización funcional y espacial, estructural y constructiva, sistemas de instalaciones y circulación; la consideración de aspectos de eficiencia, mantenimiento, higiene y salud, a los que añadir el legado de una tradición. Ideales afectados por las fuentes mediterráneas que están en la base cultural de José Cort. Jardines y arquitecturas en Córdoba, Alcoy, Denia, Alicante, Beniarrés,... “Lo mediterráneo” como puente entre modernidad y tradición donde la jardinería se incorpora a los esquemas arquitectónicos como idea de composición y construcción conjunta de casa y jardín. Principios también válidos en las artes decorativas, mobiliario y objetos; aprovechando el contacto estrecho con pintores y escultores. La interpretación de la modernidad se realiza desde la perspectiva personal aplicando con disciplina un código ordenado con exigencias impuestas que se plantean desde la racionalidad y encuentra en la referencia de la arquitectura mediterránea el punto de encuentro. Ello no es óbice para la realización de aproximaciones particulares a problemas formales de la arquitectura. La fortuna de los ideales racionalistas arquitectónicos en España entre 1914 y 1936, puede establecerse desde aproximaciones personales y, entre otras, la de José Cort Botí. El cruce de experiencias, los “encuentros” y su difusión, suponían la toma de conciencia de, al menos, una nueva práctica arquitectónica; pero ante el caos no fue posible, en muchos aspectos, verificar el resultado de lo alcanzado y lo posible. Podemos acercarnos desde posiciones personales, las que permanecieron aunque teniendo que disfrazar muchos aspectos, pero también asomando otros. |
The
purpose of this investigation was to identify and follow up rationalist
architectural ideals in order to prove their existence and determine their
fortunes in Spain between 1914 and 1936. In the course of researching such
an eventful period, the impulse to synthesise has been overtaken by the
interest of the materials and the aspects revealed. Initially, the study
addressed the fortunes of rationalist ideals in Spain. When it was already
well advanced, I found it helpful to approach the subject through the work
of the architect José Cort Botí in order to identify rationalist
thinking and works in a concrete form, although both his quiet personality
and his change in attitude after the war posed difficulties for my
research.
This is a person about whom nothing has been written other than notes in guides or news items that are often confusing. His interest for me initially lay in the Hostel in Valencia for the Asociación Valenciana de la Caridad [Valencian Charity Association], in Wattjes’ decision to include one of his works in Moderne Kerken in Europa en Amerika1, alongside others by Perret, Berlage, Jan Wils, Moser or Otto Bartning, in his knowledge of the work of Josef Hoffmann or his association, which was also professional, with his brother, César Cort. These were joined by the moment in history and by his training: he was initially tutored by his father, José Cort Merita, an industrial engineer with a degree in Physics and Mathematics who was head of the Escuela Superior de Industria [Advanced School of Industry] in Alcoy. As a prior consideration, I rejected the claim that ‘rationalist’ ideas appeared spontaneously in Spain, while not denying the processes of inclusion and even emulation. At all events, I consider it important to stress the degree of awareness and the changes that may have taken place in the course of these processes. Among other considerations, I would like to highlight Joseph Hoffmann’s reflection, in 19332, that a new movement had been born, “international in nature, although variations arose in the different countries, each according to the particular talents of its people and its artists”, resolved to combat “the then flourishing custom of repeating every style from every period of every age” that could only lead to “bad or false architecture” and admiring in early 19th century architecture, “full of great thoughts and noble intentions ...”, its being the “perfect expression of its time”. Architecture, subjected to use, serves practical ends, but it is also shaped by thoughts and intentions that may become visible; it must adopt an interdisciplinary attitude based on relations with science, history, society and culture, in general rather than specifically architectural. Each project exhibits this relationship, taking culture into account as an assimilated body of knowledge reached through all the activities of thinking, observing, seeking, experimenting, getting to know, sharing - which is why we must not refuse to pay attention to any of these. Another consideration is rationality as the reflection of a concern, an attitude, which must, however, be given a concrete meaning. For Oud this means “seeking clear forms for clearly expressed needs”, for Gropius, “rational literally means in accordance with good sense”, including financial, psychological and social demands, while for Poelzic it is the necessary basis for simple, healthy construction, giving rise to a formal language “in accordance with good taste”. Compromises must be reached between purpose and form, individual and society, economics and politics, and so on, like the “logic of the functional” stated by Adolf Behne; style is the concrete version of this compromise at each moment. Following this introduction, I proceeded to establish definitions and their frameworks, emphasising the relationships and their degree of intensity, and what I have defined as ‘meetings’ - forms of contact and exchange - and the channels through which they spread. To assist these meetings and possibly superimposed discourses, I have attempted to avoid a polarised view of elements that are often contrasted, not only ‘useful’ and ‘aesthetic’ but also traditional and modern, regional and international, central and peripheral, as well as avant-garde versus populist architectures, recognising a growing corpus on the work of a number of people who have interwoven borrowings from figures currently considered ‘major’ and ‘minor’. In order to reach conclusions and verify the rôle and fortunes of the ideals, I have reflected on the intertwining of the works and the conditions under which they were produced. To do this, my research method combined different, complementary methods. I accepted the possibility of subjectivity in the sifting of events and considered architecture as intellectual work, as the “intellectual play of intention”3. Although it is based on the built reality, this study is theoretical and my analytical method dissects concepts, stressing the dialectics that are gradually built up over time. The elements could not be enumerated in their totality and the conclusions therefore profile ‘the fortunes of rationalist ideals in Spain’ through the work of the chosen architect, which may serve as a fuller demonstration as well as a recognition of ‘honest’ architects and architecture. A considerable proportion of the sources are bibliographic; of the aspects I discovered, I selected those I consider significant. The choice, essentially, came from researching the work and library of José Cort, which provided leads for investigating other documents. From the library, I picked up the ‘voices’ of the leading players, aware that this was a journey being made today, after many changes in its fortunes. For these readings, I always preferred the works that Cort himself had owned in order to recognise his marks, slips of paper between the pages signalling articles, authors, themes and images that indicated his cultural and practical interests, and also to assess the selection of authors, themes and associations and to note the ‘absences’. My method was also historical, establishing different stages as a chronological succession, a criterion supported by José Cort’s career, where clearly distinguishable periods flow together to shape an overall path. The limits I set were 1914 and 1936, although I have exceeded them in the search for origins or consequences. The reason for starting in 1914 was the traumas caused by the First World War and their consequences in the field of thought, specifically in architecture. Arnold Hauser4 considered it the beginning of the 20th century and for Hobsbawm it ushered in the “age of catastrophes” that meant “31 years of world wars” up to the end of the Second World War5. The other limit, 1936, was the start of the Spanish Civil War. The texts that support 1936 as this limit include an article, “La Reconstrucción de España. Resumen de dos años de labor” 6[The Reconstruction of Spain. A Summary of Two Years’ Work]: “... Functionalist theories were wrapped around what was in reality nothing more than the lack of imagination and the despicable, paltry spirit of the architects who designed it. Fortunately, the National Movement has swept away these doctrines for ever ... and with the victory of Franco, Spanish Architecture has returned to the channels it should never have left ...”. And Luis Moya wrote: “Today, in 1940, ... we observe ... the last rabble of the dregs of the cubism and rationalism of Le Corbusier, the Bauhaus and all the Jews in the world ... The Madrid Reconstruction Board wishes ... to carry on tradition in a strict sense, fixing our eyes on our Imperial Architecture ...”7 This successive chapters of this study address specific periods or themes. The first explains an approach to architectural rationalism through the need to penetrate the framework of prior references on the different planes of this research. The first of these is ‘ideal’ as an abstract scheme that defines how things ought to be. Modernity, reason, function, utility ... or beauty, apparently reflect the same concerns, but each had a specific meaning in its day; and as Lurçat said, the architect is considered the organiser of spaces who, bearing in mind all the technical, financial, biological, social factors, ... must complete the work by creating beauty, not with abstract forms but, on the contrary, with concrete ones. Architectural rationalism is viewed as intellectual will, although some considered that they joined in the new by taking over images despite their concepts being those of old schemes. It is also assumed that, broadly speaking, architecture does not lend itself to excluding the idea of rationality as a result of the constraints of construction, utility and need. The second plane is rationalist ideals in Spain. I point to three moments in its identification. Each falls within one of the three periods that structure this study. In 1919, the year in which José Cort submitted the Final Project for his Architecture Degree, Fernández Balbuena lamented the absence of fundamental ideas and referred to the “fear of being called rationalists” as a cause of the most arbitrary decisions8. In 1929, Luis Lacasa declared that rationalism is “so noble an ideal” of which “none can complain”, it is more than a series of construction and aesthetic principles, it is a moral system9. In 1934, Josep Lluis Sert warned of “functional academicism”, “as dead, as academic and as dangerous as the academicism of the schools” and argued for identity, for defending an architecture that responded to the climate10. The third plane is an approach to José Cort Botí, attempting to allow his work to show all its density. The second chapter focuses on José Cort’s student years, 1913-1919, when he acquired and developed the methodical thinking that, in theory, would enable him to undertake his various professional tasks; the teaching, which included learning to handle tools, was based on the graphic language of architecture. The library of the School of Architecture in Madrid contributed to the influences of texts and images. Lacasa wrote: “That was a chaotic, disorganised formative period, eclectic in every way ... Our true school was the library ...” Equally, the teaching methods, the curriculum, the lecturers, etc. should not be forgotten; the way in which José Cort was influenced by Secession principles and models, by the works of the Wiener Werstätte and, especially, by Hoffmann is indicative. Arquitectura was founded during this period. This magazine reflected the ideological and professional panorama of the day and highlighted the first signs of new ideological proposals and contents. The subsequent chapters follow José Cort to successive times and places. “Madrid: 1920-1927” was the start of his career, but it was also the period when he decided to leave Madrid. Meanwhile, the war in Europe had created urgent needs, the most pressing being the housing problem. The Modern Movement, in turn, was seeking ways to connect in order to achieve its realisation. The editorial signed in 1924 by Albert Lévy is significant. Launching the second period of L’Architecte after a gap of ten years of necessary reflection, he wrote that the magazine’s aim was to select and present works that represented the “modern spirit”, seeking a starting point in concepts such as organisation, rational use of materials, scientific control and utility. This “spirit” would not have survived had it merely been the ideas of isolated individuals or small groups. Both commitment and an attempt to clarify what was “essential” appear to have been shared features. Objectivity, functionality and practicality are expounded in the texts of Muthesius, Van de Velde, or the Werkbund, introducing the concept of quality and comfort expounded by Wright, the concept of mass production and the idea of industrialisation referred to by Gropius, or the criteria by which Van Doesburg defined architecture as the “system for organising functions and materials”. In Spain we find the search for a ‘Spanish’ style, drawing attention to vernacular buildings. Torres Balbás admired them insofar as they represented an example of logic and rationality, while Teodoro de Anasagasti valued their simplicity and modesty. This is the context for an analysis of José Cort’s first studies, which he entitled “The Mediterranean House”. When Cort began his career he shared the linguistic confusion around him, although he turned to simplicity of forms and materials, together with close study of the details. His proposals seem to find it appropriate to start with basic shapes, establishing order as a discipline and a system of organisation. They include designs for furniture and objects, with a clear purpose and an insistence on defining form, and there are references to Hungarian traditions. The “Alicante: 1927-1930” period covers important experiences and ‘meetings’: the Werkbund exhibition in Stuttgart, the opening of the Bauhaus in Dessau, or the work of the CIAMs; the University campus in Madrid in 1927, the preliminary proposals competition for the Ateneo Mercantil in Valencia in 1929, the Seville and Barcelona Exhibitions of 1930, the Zaragoza agreements, or the creation of the Colleges of Architects. The need for these ‘meetings’ seems to be based on two reasons: clarification through collective discussion and coordinating efforts to spread ideas. Some of the themes of the ‘new architecture’ were already built and tested. The gradual development of the Rational Idea was being defined. A key work by José Corts during this period was the Chapel and gardens in Lorenzo Casanova - garden and house, two basic, recurring subjects - which confirms the Secessionist references and allusions to the work of Behrens. In 1929, his submission to the minimum housing competition responded to the call to “collaborate in this work of general interest”. The competition was not posited in terms of existenzminimun or the “housing for the greatest number” slogan; José Cort too submitted a design that was unrelated to the ‘problem of minimum housing’. Nonetheless, its measured brief and layout signified a step towards basic forms and the consolidation of a way of doing things with his own distinctive stamp. Together with this proposal, his design work in Alicante falls within the Mediterranean analogy: with their clean shapes and simplicity of construction, ‘Mediterranean houses’ constituted an option for balancing living conditions, financial logic, construction logic and architectural logic. During the third period, “Valencia: 1930-1936”, what Marie Dormoy wrote in 1931 11 is significant: she condemned applying the term ‘modern architecture’ to works based on expressiveness rather than construction and favoured distinguishing ‘true modern’ from ‘pseudo-modern’. In 1934, Sert criticised functional academicism. For José Cort this was a period of intense professional activity as a school architect. Irrespective of the size or subject of his commissions, a measured functional organisation and hygienist concerns are noticeable. They are found in his coherence, tried and tested structural and construction systems and a ‘utilitarian’ architecture with careful study of the details in consultation with the different trades involved. The aims of the Asociación Valenciana de la Caridad led Cort to design a clear layout in which section played a structuring rôle. In a preliminary design, the connection with the existing building was created in a series of courtyards and the façade became a reception and sheltering system under a protective portico. Behind this approach, which developed the new language and a new concept of the relationship between the building and the street, the hostel building that was eventually built accepted the limits and values of the existing one. Following chapters on family homes and school architecture, I reach my conclusions. For the sake of solidity, I begin by observing how architecture, ideology and cultural, economic, social and political realities are interrelated. A work of architecture is therefore the will to reflect and is mainly appreciated in its own age. José Cort was a cultivated man and was given to reconsidering. He was a somewhat isolated person, lacking group awareness except in his work in school architecture, and even there the notion of individuality was dominant. We can outline the synthesis between the academicism of his training, Mediterranean architecture and rationalism that created a new architecture in the terms suggested by the place and time; the meeting of tradition and modernity hinders the assessment of each work but acquires importance for the whole, which, moreover, shuns rhetoric, revivals and monumentalisms. Cort underlined (literally) a sentence in Ortega y Gasset’s La prosa y el hombre: “This, in ethics as well as aesthetics, is the essence of sin: to want to be taken for what one is not. And rhetoric is this sin of not being true to oneself, it is hypocrisy in art. A casticista, for instance, is a born rhetorician”. His contribution to César Cort’s Murcia12. Un ejemplo sencillo de trazado urbano [Murcia. A simple example of urban layout], can be considered as taking a stance that was reinforced by a report he wrote in 1941, calling on the social responsibility of architects. This was significant in his school architecture and particularly as the architect of the Asociación Valenciana de la Caridad building, not only because he did not charge the association for his work but also because of the honesty of his approach. On examining José Cort’s ideals in architecture, we find that they evolve from an initial, elementary simplification, with a reformist attitude and the Secession as a model, to an acceptance of simple forms where references to Mediterranean architecture played a preponderant rôle, although expressed with a commitment to accent that led to his coining a specific hallmark determined by invariables. Rationality was based on clarification and distinction to attain functional organisation, appropriate measurements, systems, etc., accepting tradition as an objective value and recourse to models or standards. These included a structural system and a construction system based on experience, and mathematics and geometry as reliable, ‘sure’ sciences. Functionality was an idea of ‘purpose’: the utility, even of the details, must be clarified. The layout could be schematised through its functional organisation, paying attention to matters of hygiene, where orientation played a vital rôle. The idea of space was based on the interior/exterior relationship, which was established by different means: the interior occupying and dominating the exterior in glazed balconies, the exterior entering the house in courtyards, or exterior space made architecture in entrances, terraces, verandas, etc., in an intended continuity that incorporated vegetation. Beauty was made objective through geometry; mathematical laws distinguished lines, points and regulatory figures following marks and numbers on the drawings of floor plans and elevations. Volumetrics were constrained by the hierarchy established through the organisation of the brief and its measurements, where peripheral incident - walls, verandas, courtyards, porticoes, even vegetation - gave the building its shape, influenced by simplification and contrast. Traditional methods and systems were trusted, technology and new materials were a resource to turn to when efficiency and adaptation to the purpose so advised, as in the structure of the Asociación Valenciana de la Caridad hostel’s dormitories: this building signified a commitment to ‘the modern’ in response to a brief with social ends and hygiene needs. The economy of means and working out solutions that were coherent with the concepts of functional, spatial, structural and construction organisation, circulation and service installation systems and considerations of efficiency, maintenance, health and hygiene are noteworthy, as is the legacy of a tradition. The ideals were influenced by the Mediterranean sources that underlay José Cort’s cultural background: gardens and buildings in Cordoba, Alcoy, Denia, Alicante and Beniarrés, among others. ‘Mediterranean’ was a bridge between modernism and tradition; gardens became part of architectural schemes as an idea of composing and building the house and garden jointly. These principles were also valid in the decorative arts, furniture and objects, making good use of his close contact with painters and sculptors. Modernism was interpreted from a personal point of view, through the disciplined application of an orderly code which imposed demands that were addressed through rationality and found a meeting point in the reference to Mediterranean architecture. This was no obstacle to personal approaches to formal problems in architecture. The fortunes of rationalist ideals in Spain from 1914 to 1936 can be established through personal cases, including that of José Cort Botí. The interweaving of experiences, the ‘meetings’ and their spread, led to an awareness of what was, at the very least, a new practice of architecture. However, the ensuing chaos made it impossible, in many regards, to materialise the results of what had been reached and what was possible. We can approach it through the personal stances that survived: despite having to disguise many aspects, others showed through.
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Texto/Text:
1.-Prof. Ir.J.G.Wattjes, “Moderne Kerken in Europa en Amerika” N.V.Uitg.-Mij “Kosmos”, Amsterdam, 1931/Prof. Ir.J.G.Wattjes, “Moderne Kerken in Europa en Amerika” N.V.Uitg.-Mij “Kosmos”, Amsterdam, 1931 2.-Josef Hoffmann, “Renacimiento del dieño en artesanía”, en “The Studio. Fortieth Birthday Number” “The Studio”, Vol CV., Nº 481, abril de 1933/Josef Hoffmann, “Renacimiento del diseño en artesanía” [literal translation: Rebirth of Design in the Crafts] in “The Studio. Fortieth Birthday Number” “The Studio”, Vol CV., Nº 481, April 1933 3.-Le Corbusier, “The Chapel at Ronchamp”, Architectural Press, Londres, 1957, recogido por Geoffrey Baker en “Le Corbusier. Análisis de la forma”, Gustavo Gili, Barcelona, 1985/Le Corbusier, “The Chapel at Ronchamp”, Architectural Press, London, 1957, in Baker, Geoffrey “Le Corbusier. Análisis de la forma”, Gustavo Gili, Barcelona, 1985 4.-Hauser, Arnold, “Historia social de la Literatura y el Arte”. Tomo III “Naturalismo e impresionismo. Bajo el signo del cine”, Colección Universitaria de bolsillo Punto Omega 21. Ediciones Guadarrama, S.A. Madrid, 1969. Capítulo 1, “La generación de 1830”/Hauser, Arnold, “Historia social de la Literatura y el Arte”. Tomo III [IV?] “Naturalismo e impresionismo. Bajo el signo del cine” [translation of: Social History of Art, Vol. 4 “Naturalism, Impressionism, The Film Age”] , Colección Universitaria de bolsillo Punto Omega 21. Ediciones Guadarrama, S.A. Madrid, 1969. Capítulo 1, “La generación de 1830” [Chapter 1:The Generation of 1830] 5.-Eric Hobsbawm “Historia del siglo XX. 1914-1991”, Crítica. Barcelona, 2001/Eric Hobsbawm “Historia del siglo XX. 1914-1991” [translation of: The Age of Extremes: A History of the World, 1914-1991], Crítica. Barcelona, 2001 6.-“Reconstrucción”, número 24, junio-julio de 1942./Reconstrucción, número 24, junio-julio de 1942 7.-Luis Moya, “Orientaciones de Arquitectura en Madrid”, “Reconstrucción”, diciembre de 1940, pág. 10-15/Luis Moya, “Orientaciones de Arquitectura en Madrid”, Reconstrucción, diciembre de 1940, pp. 10-15 8.-“Divagaciones sobre Arquitectura”. “Arquitectura” núm. 9, enero de 1919/“Divagaciones sobre Arquitectura”. Arquitectura, núm. 9, enero de 1919 9.-“Europa y América: bajo y sobre el Racionalismo de la Arquitectura”, conferencia pronunciada por Luis Lacasa publicada en enero de 1929 en “Arquitectura”. “Luis Lacasa. Escritos. 1922-1931” Publicaciones del COAM, Madrid, 1976/“Europa y América: bajo y sobre el Racionalismo de la Arquitectura”, lecture by Luis Lacasa published in January 1929, in Arquitectura. “Luis Lacasa. Escritos. 1922-1931” Publicaciones del COAM, Madrid, 1976 10.-“Quina orientació cal que prengui l’arquitectura contemporània a Catalunya?” Resumen de la conferencia publicado en el número 16 de “A.C.”, 4º trimestre, 1934/“Quina orientació cal que prengui l’arquitectura contemporània a Catalunya?” Lecture summary in A.C., núm. 16, 4º trimestre, 1934 11.-Marie Dormoy, “Contre le nouveau formalisme”. “L’Architecture d’Ajourd’Hui”, nº 9, diciembre, 1931/Marie Dormoy, “Contre le nouveau formalisme”. L’Architecture d’Ajourd’Hui, nº 9, December 1931 12.-“Murcia. Un ejemplo sencillo de trazado urbano”. César Cort. Sucesores de Rivadeneyra, S.A., Madrid, 1932/“Murcia. Un ejemplo sencillo de trazado urbano”. César Cort. Sucesores de Rivadeneyra, S.A., Madrid, 1932 |
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