Contra la arquitectura
Against architecture
José Miguel G. Cortés

 

El proyecto denominado Contra la Arquitectura. La urgencia de (re)pensar la ciudad (celebrado durante los meses de Mayo y Junio del 2000) se enmarca en el conjunto de exposiciones que el Espai d'Art Contemporani de Castelló (EACC) está realizando acerca de algunas de las problemáticas más candentes que tiene planteada la sociedad contemporánea. Una programación que desde postulados interdisciplinares intenta convertirse en un espacio de reflexión y cuestionamiento de la época en la que vivimos. En este sentido, me parecía muy pertinente la posibilidad de reunir en un gran proyecto a un conjunto de artistas y arquitectos para que pudieran dialogar con sus obras en torno a la importante transformación que se está ocasionando en las últimas décadas en las ciudades de todo el planeta. La enorme concentración de la población en grandes metrópolis (que ya no pueden ser consideradas como meras ciudades en el sentido convencional del término), así como las circunstancias de un crecimiento urbanístico demasiado rápido y atropellado, me estimulaba a intentar una reflexión sobre el paisaje urbano, convertido en un entorno agredido y, a la vez, agresor como consecuencia de un modelo de desarrollo obsoleto e insostenible. El proceso, especialmente en el denominado tercer mundo, parece evidente: urbes como Yakarta, Shangai, Tokio, Méjico D.F., El Cairo ..., podrían ser buenos ejemplos de lo que parece ser el futuro más próximo de la convivencia humana. En todas ellas nos encontramos con enormes aglomeraciones de personas en espacios físicos, denominados ciudades, que ya no poseen ninguna estructura centralizada ni concentrada, pero que están intensamente interconectadas en un complejo poliedro que constituye la vida metropolitana de este cambio de milenio. Son estas nuevas ciudades las que se están convirtiendo en selvas descentradas, donde los edificios son, a menudo, una simple yuxtaposición de servicios alojados en construcciones que están amontonadas unas sobre otras sin otro orden que el dictado por las sucesivas exigencias económicas. De este modo, los asentamientos humanos se van articulando como núcleos diseminados a lo largo de vías de transporte y servicios (tales como autopistas, aeropuertos, centros comerciales, parques temáticos etc, etc.), grandes aglomeraciones desigualmente repartidas y difusamente organizadas en tomo a una infraestructura discontínua y carentes de estructuras prefijadas a las que estamos acostumbrados. El modelo de las viejas ciudades europeas se nos aparece ya como el producto de una época periclitada. Esta profunda y compleja transformación afecta a toda la estructura espacio-temporal que define la vida en común de millones de personas. Por ello, entiendo que ya no es posible abordar una problemática de tan fuerte contenido socio-cultural desde un punto de vista meramente arquitectónico, considero que es necesario y pertinente reunir posibles redefiniciones de la ciudad contemporánea (con obras de artistas y arquitectos como Absalon, Archigram, Melvin Charney, Dan Graham, Bodys Isek * Kingelez, Rem Koolhaas, Guillermo Kuitca,, Gordon Matta Clark, Metápolis, Matt Mullican e Isidoro Valcárcel Medina) que, desde diferentes planteamientos y puntos de vista, se refieren a la vida urbana como una compleja red de microsociedades -heterogéneas, fluidas y permeables- sumergidas en un constante proceso de transformación, hibridación y cambio, imposible de catalogar. Todas las visiones aquí reunidas son aproximaciones dispares a una misma preocupación sobre la que comparten un íntimo carácter subversivo que les sitúa a contracorriente de las conductas dominantes. Por ese motivo, cuando en este proyecto deseo que discutamos sobre arquitectura, nunca me estoy refiriendo exclusivamente a una mera cuestión de aspectos formales, sino acerca de esas metáforas con las que ésta se relaciona y que son inseparables del propio término. Tradicionalmente la arquitectura ha manifestado el ideal de la sociedad y sus composiciones constructivas han expresado las órdenes y las prohibiciones de la autoridad. Pues, más allá de una pretendida atemporalidad descriptiva la organización de la ciudad forma, garantiza e impone el orden social. Estoy convencido que la arquitectura se refiere a todo lo que hay en un edificio y/o en una ciudad que no puede ser reducido a sus elementos constructivos, cualquier cosa que permita su edificación se escapa de lo puramente utilitario. La arquitectura representa una religión que toma vida, un poder político que se manifiesta, un evento que se conmemora ... pues, un edificio siempre representa algo más que él mismo; un poder lógico organiza la arquitectura más allá de lo que un edificio soporta en términos de posible uso. Por tanto, lo que me interesa aquí no es la discusión acerca de edificios concretos ni de su estructura específica, sino el desvelar la función social que la arquitectura desempeña en la organización de la trama urbana. En este sentido, y cuando me refiero a la necesidad de (re)pensar la ciudad estoy hablando de reconstruir la coexistencia de los diferentes grupos sociales, culturales, económicos ... que la habitan y la hacen posible. Evidentemente la ciudad son los edificios construidos, aquello más objetivo y visible que en ella existe, pero también es lo constituido por los usos y las normas sociales, las relaciones personales y espaciales; las ciudades son las cristalizaciones de múltiples procesos políticos, históricos y sociales donde la gente y su hábitat son producidos y se producen mutuamente. Por estas razones soy contrario a disfrazar la visión de la ciudad bajo una pretendida neutralidad técnica y/o descriptiva que lo único que puede ocasionar es la defensa de una geometría autoritaria que sustenta el pensamiento hegemónico, al tiempo que se apoya en una conformación espacial que reproduce la subordinación de lo femenino y niega las discriminaciones sociales, alentando los lenguajes universales y globalizadores que contribuyen a la perpetuación de las diferencias en contra de la diversidad y de la pluralidad. Para evitar todo lo anterior me propuse realizar un proyecto lo más amplio posible, no solamente mostrando obras de realidades culturales muy dispares (Argentina, Zaire, Asia, Europa o U.S.A.), sino posibilitando también un amplio debate sobre la estructura urbana que diera el máximo de elementos posibles a todas aquellas personas interesadas en la cuestión. Así, si fue interesante el ciclo de películas organizado (en el que se pudieron ver algunas tan importantes como: Metrópolis, El Proceso, Solaris, Taxi Driver, Blade Runner o Barrio ), más importante fue el libro-catálogo editado para la ocasión, con textos realmente clarificadores, o el ciclo de conferencias organizado por el EACC en colaboración con el Colegio de Arquitectos de Castellón. Las intervenciones de profesionales de gran prestigio como Beatriz Colomina, Luis Fernández Galiano, Jean-François Chevrier o Josep Quetglás, fueron oportunidades inmejorables para ayudarnos a profundizar en una reflexión que no ha hecho más que empezar y que en los próximos años va a adquirir una resonancia de consecuencias imprevisibles.

The project entitled Contra la Arquitectura. La urgencia de (re)pensar la ciudad) [Against Architecture. The urgent need to (re)think the city], held in May-June 2000, must be placed in the context of a series of exhibitions that the Espai d’Art Contemporani de Castelló (EACC) [Contemporary Art Space of Castellón] has been holding on some of the most topical issues in contemporary society. This programme of exhibitions based on interdisciplinary postulates attempts to provide a space for reflecting on and questioning the age in which we live. The opportunity to bring a group of artists and architects together in a great project where, through their works, they could discuss the major transformations that have been taking place in cities throughout the planet over the last few decades therefore seemed to me to be highly relevant.

The tremendous concentration of the population in great metropolises (which can no longer be considered mere cities in the conventional sense of the term) and the circumstances of an excessively rapid and hurried urban growth inspired me to attempt a reflection on the urban landscape. It has become a wounded and wounding environment because of an obsolete and unsustainable model of development. The process seems evident, particularly in what is known as the Third World, where major cities such as Jakarta, Shanghai, Tokyo, Mexico City, Cairo etc. are good examples of what appears to be the very near future for human beings living together. In all of them we find enormous conglomerations of people in physical spaces called cities that no longer have any central or concentrated structure but are intensely interconnected in a complex polyhedron that constitutes the metropolitan life of this turn of the millennium.

These new cities are becoming centreless jungles where the buildings are often a mere juxtaposition of services lodged in constructions piled one on top of another in no other order than that which is dictated by the successive demands of the economy. Human settlements become linked together like nuclei scattered along transport and services routes (such as motorways, airports, shopping centres, theme parks etc.), in great conglomerations that are unevenly distributed and loosely organised around a discontinuous infrastructure and lack the pre-ordained structures to which we are accustomed. The model of the old European cities already seems like the product of a declining age.

This profound and complex transformation affects the entire space-time structure that defines the life in common of millions of people. As a result, I believe that it is no longer possible to approach problems with such a strong social and cultural content from a purely architectural point of view. I consider it necessary and relevant to bring together possible redefinitions of the contemporary city (with works by artists and architects such as Absalon, Archigram, Melvin Charney, Dan Graham, Bodys Isek *Kingelez, Rem Koolhaas, Guillermo Kuitca, Gordon Matta Clark, Metápolis, Matt Mullican and Isidoro Valcárcel Medina). From different points of view and approaches, they refer to urban life as a complex network of heterogeneous, fluid, permeable micro-societies in the throes of a constant process of transformation, hybridisation and change that it is impossible to catalogue. The views brought together here show very diverse approaches to the same concern but they all share an intimate subversiveness that goes against the tide of the dominant attitudes.

Consequently, when I say that I want us to discuss architecture in this project I am in no way referring exclusively to a mere question of formal aspects, rather to the metaphors with which architecture is related, which are inseparable from the term itself. Traditionally, architecture has manifested the ideal of society and its constructive compositions have expressed the orders and prohibitions of authority. Behind a pretence of descriptive atemporality, the organisation of the city shapes, guarantees and imposes social order. I am convinced that architecture refers to everything there is in a building and/or in a city that cannot be reduced to its construction elements, anything that enables its building to escape the purely utilitarian. Architecture represents a religion come to life, a political power that manifests itself, an event that is commemorated.... A building always represents something more than itself; a logical power organises the technical and/or descriptive neutrality which can give rise to nothing more than to defending an authoritarian geometry that sustains hegemonic thought and, at the same time, rests on a spatial shaping that reproduces the subordination of the feminine, denies social discrimination and encourages universal, globalising languages to contribute to the perpetuation of differences rather than diversity and plurality.

To avoid all this I aimed to make the project as wide-ranging as possible, not only showing works from very different cultural realities (Argentina; Zaire; Asia; Europe or the U.S.A.) but also enabling a wide-ranging debate on urban structure to take place and provide everyone who was interested in the question with as much information as possible. If the cycle of films we organised was interesting (some of them of the stature of Metropolis, The Trial, Solaris, Taxi Driver, Blade Runner or Barrio (The Neighbourhood)), the catalogue/book published for the occasion, with really enlightening texts, was still more so, as was the cycle of lectures organised jointly by the EACC and Castellón College of Architects. The talks given by such highly-respected professionals as Beatriz Colomina, Luis Fernández Galiano, Jean-François Chevrier or Josep Quetglás were superb opportunities to help us to reflect more deeply on an issue which has barely begun to be discussed but will have increasing impact and unpredictable consequences in the near future.