COLOR | ||||
COLOUR |
Sin despreciar la belleza y la riqueza de sensaciones que
puede provocar el color utilizado con libertad y fantasía, como
arquitectos nuestro interés no es el uso del color ligado a las artes
decorativas, sino como elemento de identidad de la propia arquitectura.
Más que su utilización con finalidades estéticas nos interesa su uso
como modo de potenciar la forma y el espacio arquitectónico. En este
sentido tanto el neoplasticismo representado por De Stijl como el purismo
de Mondrian marcaron un cambio definitivo en lo referente al uso del
color, despojando a las artes, pintura, escultura y arquitectura, de todo
contenido literario.
A menudo y según la idea renacentista de que los materiales sólo debían utilizarse con sus integras cualidades de color, luz y textura, el uso del color se ha visto reducido al propio de la naturaleza de éste. Sin embargo arquitecturas que hoy vemos en el color de sus materiales, fueron originalmente pigmentadas. Desde el punto de vista de la física, el color es sencillamente una propiedad de la luz, una simple radiación en nanómetros, sin embargo, la matemática de las ondas de la luz y de la acción física de la visión no puede explicar totalmente nuestra percepción del color. El rigor matemático del espectro visible difiere significativamente de la percepción y de la experiencia del color. La situación, el clima, las cualidades de la luz y del aire en un lugar dado así como la cultura, determinan el uso y la consecuente experiencia del color, lo que se traduce en los códigos cromáticos propios de cada identidad cultural. Pero si bien podemos encontrar regionalismos eruditos donde la utilización del color busca aproximarse a la naturaleza y tradiciones, tal como se expresan Barragán, Legorreta o ejemplos mas próximos como el de Bofill en Calpe, nos interesa particularmente el color como componente esencial en la construcción de la forma y del espacio, o recordando la visión que ofrecen Van Doesburg y Rietveld en sus proyectos, por su capacidad de crear efectos visuales que potencien juegos de volúmenes y planos. Así pues, nos interesa el uso del color en las nuevas expresiones de identidad cultural, comercial, industrial, individual… |
Without
disparaging in any way the beauty and the wealth of sensations aroused by
a free, imaginative use of colour, as architects what interests us is not
the use of colour linked to the decorative arts but that which is part of
the identity of the architecture itself. Rather than the use of colour for
aesthetic purposes, we are interested in its employment as a means of
enhancing architectural form and space. In this context, both the
Neo-Plasticism represented by De Stijl and Mondrian’s purism mark a
definitive change in the use of colour, divesting the arts - painting,
sculpture, architecture - of any literary content.
The use of colour has often been reduced to that which is natural to the colour, following the Renaissance notion that materials should only be used with their integral qualities of colour, light and texture. However, buildings that we now see in the colours of their materials were originally pigmented. From the point of view of physics, colour is simply a property of light, just a matter of radiation measured in nanometres. However, the mathematics of light waves and of the physical actions of vision cannot fully explain our perception of colour. There is a significant difference between the mathematical rigour of the visible spectrum and our perception and experience of colour. Location, climate and the quality of the light and air in a specific place, as well as cultural factors, all determine the use of colour and how it is experienced. As a result, each cultural identity has its own chromatic codes. However, while we can certainly find erudite regionalisms where the use of colour attempts to remain close to nature and tradition, as in Barragán, Legorreta or, closer to home in Calpe, Bofill, what interests us particularly is colour as an essential component of the construction of form and space or, recalling the vision offered by the projects of Van Doesburg or Rietveld, its ability to create visual effects which heighten the play of volumes and planes. And we are interested in the use of colour in the new expressions of cultural, commercial, industrial and individual identity. |